La diputada mandato cumplido Cecilia Merchán sostuvo que la caída del dictamen a favor de la despenalización del aborto en la Argentina “es parte de las presiones que se viven cuando se discuten cosas de estas características” pero valoró el hecho de que “se haya instalado la discusión en el país” sobre este drama.
Impulsora de la primera hora de la legalización del aborto, la villamariense remarcó que “hubo muchas desprolijidades de la comisión de legislación penal muchas veces vinculadas a la presión” en contra de quienes impulsan la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo e interpretó que “fue muy bochornoso” lo ocurrido hace un mes.
Trayendo a colación casos recientes, precisó que una nena de 13 años ha muerto en Salta y la madre está presa, por considerársela responsable de su muerte, no pudiendo haber asistido al velatorio. También, en Misiones se pedía a la Justicia la autorización de la interrupción del embarazado para una persona con deficiencias mentales, algo que está previsto por la ley pero que no se conseguía.
“Celebro el avance pero hace rato debió haberse dado la legalización, así evitaríamos muertes y situaciones muy complejas para tantas mujeres”, remarcó.
Sobre lo ocurrido recientemente en el Parlamento, expresó que “hubo muchas ausencias en todos los bloques y ni siquiera se contó la cantidad de diputados presentes. Patricia Bullrich no fue e impugnó el debate, siendo que en el ‘94 había presentado un proyecto de legalización”.
Más allá de todo, sostuvo que “alcanzar a que se discuta después de tantos años de tabúes, es significativo” y dijo que “la sociedad argentina está discutiendo el tema y hemos introducido elementos bien ricos”.
“Esta es una sociedad que evidentemente avanza y que está dispuesta a hablar de las cosas que le pasan”, dijo a EL DIARIO.
Consultada sobre el tiempo máximo que se propone para la interrupción del embarazo, de doce semanas, indicó que “en la mayoría de los países comprende entre las 12 y las 14 semanas” y recalcó que “no todos los embarazos se detectan antes de esa semana”.
“Es el tiempo en que se dan mayor cantidad de abortos espontáneos. Además, es un momento embrional, que nos parece el adecuado y es en donde corre menos riesgo la vida de la mujer”, explicó.
- Quienes están en contra del proyecto sostienen que hay dos vidas en juego y no sólo una, la de la mujer, como remarcan los impulsores del aborto.
-“Es falso hablar de dos vidas. Hay vida siempre, todo el tiempo, es un constante en el óvulo, en el espermatozoide. Hay vida en una persona que tiene muerte cerebral, también en las células. La vida es una continuidad, no se puede decir acá empieza y acá termina. No es esa la disyuntiva, no es real. Cuando hablamos de la semana doce hablamos de período embrional.
Desde el origen hay ADN, sí, siempre lo hay. Eso no quiere decir que haya vida humana. Lo que hay es una potencialidad.
Nosotros queremos que toda potencialidad de vida llegue a embarazo, no estamos a favor del aborto. Lo que decimos es que hay que evitar los embarazos no deseados.
Hay que brindar educación sexual, hay que distribuir anticonceptivos y hay que legalizar la interrupción del embarazo para que no haya mujeres que mueran inútilmente. Los mismos sectores que se niegan tanto son los que se niegan también a la implementación de la ley de educación sexual. Pusieron el grito en el cielo.”
- Ustedes afirman que en ningún país en que se legalizó, hubo más abortos. ¿Cuáles son las estadísticas?
-“Exactamente. Incluso, se logró la reducción de muertes por esta causa de cero o a uno.
En Argentina la tasa de mortalidad es de 19, mientras que en las naciones del Primer Mundo o de Sudáfrica va de 0 a 1. Y además, hay menos reincidencias en tomar estas decisiones. Es porque tienen contención médica tras el aborto, van a salir de allí con anticonceptivos, con la posibilidad de un control médico constante.
No obstante, quiero remarcar que esto no ocurre por el hecho de la ley en sí sino porque funciona muy bien la ley de educación sexual. Las mujeres que abortan quedan asociadas al sistema de salud y no son expulsadas del mismo como ocurre en los países en que es un crimen.”
Merchán manifestó que el proyecto de legalización obtuvo fuertes apoyos, como el de 16 universidades nacionales y cincuenta diputados de todos los bloques, además de 300 organizaciones que están dentro de las campañas. Citó también el aval de organismos internacionales y colectivos religiosos.
“Las mujeres tenemos que abortar con el cuerpo y los hombres con la palabra. Es una gran inequidad entre el hombre y la mujer, por un lado, y entre las mujeres que tienen y las que no tienen, por el otro”, remarcó.
La ex diputada concluyó que las presiones vinieron de los sectores “más conservadores, que plantean barbaridades que creemos que nadie las acepta. Es una tremenda burrada plantear que ellos son personas de bien y nosotros asesinos”.