-¿El fallo de 2009 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso de Laboratorios Raffo contra la Municipalidad de Córdoba hace caer el andamiaje sobre el que se monta el “Impuesto a la Valija”?
-No, para nada. Pasaron más cosas después de ese fallo, que lo único que hizo es una recomendación.
-¿Qué recomendación?
-Dijo que ese tributo era en realidad una tasa y que, como tal, debe revisarse cuál es el servicio que presta el municipio a la empresa, para ver si el cobro se justifica o no.
-¿Cuáles son las cosas que usted dice que pasaron después de aquel fallo de 2009?
-Bueno, el Superior Tribunal de Justicia dijo entonces algo así como “no coincido, pero acepto el criterio de la Corte por economía procesal...”. Porque para el Superior Tribunal no se trata de una tasa, sino de un impuesto local ligado directamente a la autonomía municipal consagrada en los artículos 5 y 123 de la Constitución Nacional. Pero hay otro fallo de 2010 en disidencia c0on aquel criterio del máximo tribunal. Hubo empresas que plantearon recursos extraordinarios y el Superior Tribunal los abrió para que vayan a la Corte, porque entiende que el caso no está resuelto. Es decir, no toma como jurisprudencia el fallo de Raffo. Y ese recurso, además, tiene efecto suspensivo, por lo que si alguna empresa quiere reclamar dinero, no puede hacerlo hasta que la Corte Suprema se vuelva a expedir. Pero, además, hubo también dictámenes de las cámaras civiles de Villa María y de Río Cuarto en favor de las municipalidades de esas ciudades y en contra de las empresas. Es decir que hay muchos jueces que consideran que aquella sentencia es arbitraria, como lo consideramos nosotros.
-¿Recuerda cuáles son los fallos de las cámaras villamariense y riocuartense en favor de los municipios?
-Sí, son los casos de Ivax Argentina contra Villa María y Agco Argentina contra Río Cuarto. Los dos son de este último año, el último del mes de setiembre.
-Los tribunos de Cuentas de Villa María sostienen que hay que buscar algún acuerdo con la empresas, porque al impuesto lo terminará pagando el pueblo, en alusión a que habrá que devolver la plata recaudada por ese impuesto.
-Eso es imprudente, temerario, no es objetivo...
-¿Por qué?
-Porque genera confusión. Un mínimo de empresas son las que han accionado y esas apreciaciones infundadas puede llamar a las demás a iniciar acciones, pensando en que van a recuperar el dinero, cuando eso no ocurrirá. Las municipalidades de Villa María y de Río Cuarto no van a tener que devolver ni un peso.
-Parece que usted considera, como el oficialismo local, que se trata de una “jugada política”...
-Yo no conozco los detalles de la política villamariense, por lo que mal podría considerar eso. Lo que yo digo y repito es que esas apreciaciones son imprudentes, temerarias, no objetivas y tal vez intencionadas.

¿De qué se trata?
Con el nombre de Impuesto a la Valija se denomina al tributo que cobran algunos municipios a firmas que no tienen base en su jurisdicción, pero que venden en ella sus productos a través de viajantes.
A partir de un fallo de la Corte Suprema de Justicia en contra de la Municipalidad de Córdoba, varias empresas llevaron el tema a los Tribunales para reclamar la devolución de sus pagos. Diesiséis de ellas plantearon el reclamo contra la Municipalidad de esta ciudad.