Publicado en 2008 por ediciones Del Calderón de Buenos Aires, “Tango; tradición y modernidad” bucea las huellas de la tradición clásica y occidental en la poesía tanguera. Y así, con rigor filológico y acabado conocimiento del arrabal, Alfredo Fraschini señalaba reminiscencias del poeta latino Horacio en “Mi noche triste” o el guiño de la poesía clásica española en “Maquillaje”.
Ahora, su actual proyecto de investigación no sólo se lleva a cabo con algunos de los principales referentes de la carrera de Composición (Hernán Conen, Paula Asís y su coordinador Claudio Vittore) sino que tendrá al propio Fraschini ejecutando el piano en las sesiones.
“Se trata de un proyecto de investigación para estudiar los procesos de producción de una canción a la luz de todas las nuevas tecnologías, desde el momento en que se compone hasta que sale el CD -comenta el profesor- Pero también observamos de qué manera influyen otras variables como el mercado, las exigencias de la discográficas o Internet. El repertorio será de música porteña ciudadana”, dice Alfredo, quien cita alguno de los hits que van a registrar: “Un momento”, de Atilio Stampone y Homero Expósito; “A un semejante”, de Eladia Blázquez; “Chiquilín de Bachín”, de Astor Piazzolla y Horacio Ferrer, y una rareza: el poema “Milonga del muerto”, de Jorge Luis Borges, con música del propio Fraschini y la voz de su hija Roxana. Respecto a los tangos seleccionados, el profesor los justifica diciendo que “las canciones elegidas tienen la virtud de contar con letras excelentes, de esas que ya no vienen, en contraposición a la pobreza alarmante de los letristas en la actualidad”
¿Ya no hay letristas como en tiempos del tango?
-Para nada. Al punto que le propuse al coordinador de la carrera de Música el hacer un seminario sobre perceptiva para ayudar a los chicos que escriben canciones; porque ellos tienen mucho para decir pero sus letras son pobres desde lo literario. Pero cuando escuchás los cantautores de hoy, te das cuenta de que los chicos no tienen la culpa con semejantes referentes…
¿Cuál fue la “escuela” de los letristas del tango?
-Lo principal fue que leían muy mucho o tenían contactos con otros poetas, como le pasó a muchos que se juntaban con los poetas de Boedo. En el caso de Homero Expósito, por ejemplo, él cursó estudios de filosofía. Homero Manzi era profesor de letras. Estos estudios no garantizan nada, pero son una prueba de lecturas. En el caso de Manzi, es muy marcada la influencia de Federico García Lorca en su obra, así como la de Cadícamo fue influenciada por Rubén Darío, como el mismo lo reconoce.
¿Y los letristas de la vieja guardia, como Celedonio Flores y Le Pera?
-Le Pera era un gran lector de los poetas románticos. Vos fijate que “El día que me quieras” está tomado de un poema de Amado Nervo que dice más o menos lo mismo. Celedonio Flores es un caso muy curioso porque ni siquiera había ido a la escuela, pero era uno de esos tipos que leían folletines todo el tiempo. En aquellas épocas había algo que hoy se ha perdido: los recitadores. Fernando Ochoa, Héctor Gagliardi o Adrianita, llevaban la poesía a todo el mundo mediante la radio. También a principios de siglo había una tradición muy fuerte en el arte de la oratoria; políticos como Alfredo Palacios te levantaban una multitud…
¿Y quiénes escriben las letras del tango actual?
-Yo creo que después de Eladia Blázquez no surgió ninguna gran figura de relevancia y hay menos poetas que antes. Pero eso tiene que ver con que en los últimos años, al tango se le dio una importancia musical y sobre todo coreográfica, más que nada desde el extranjero. Al tango hoy se lo identifica con el baile y no con las letras. Y esto, por cierto, no ha jugado a favor de su fabulosa poesía.
Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-


A Puro Tango en el Sobral

Desde las 20.30, se llevará a cabo una velada especial con motivo de festejarse el Día Nacional del Tango y los 18 años del Conjunto Típico A Puro Tango de nuestra ciudad.
La jornada se desarrollará en el auditorio Antonio Sobral (Mitre 126), con músicos invitados. Entre ellos se cuentan: Oscar Bravín y Mario Bustos, las cancionistas Yanina Orlandi, de Calchín, y Marisel Zalazar, los cantores Carlos García y Omar Charras y los bailarines Germán Macía y Virginia Martínez.

Salutación. Desde la milonga Sueños de Tango enviaron salutaciones a los tangueros villamarienses por la labor y por promover la música ciudadana en cada baile.