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Rena recibe el abrazo de Lencinas, que le mandó el centro de gol. En un año marcado por lesiones, el delantero villamariense volvió a emocionar a su público |
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Los periodistas de Sunchales habían avisado en la previa del partido: “Víctor Rena lo tiene de hijo a Libertad, ojalá que no entre”, tiró un comentarista de radio.
La historia se repitió, el presagio tuvo el mismo final: el delantero villamariense encontró, a los 3 minutos de haber pisado la cancha, la llave de la victoria de Alumni tras un centro de Joaquín Lencinas. Fiel a su estilo, acomodó el cuerpo hacia atrás y mandó el cabezazo cruzado que batió al arquero Baigorria y desató un carnaval en el estadio, donde los casi 200 hinchas presentes se unieron con el cántico “Víctor/Víctor”.
“Fue emocionante para mí, no lo grité mucho, pero sentí una emoción muy grande”, reveló luego el rubio atacante.
“Había pasado un año difícil, las lesiones me sacaron de la cancha y eso, más allá de la cuestión física, te va matando psicológicamente, por eso en estos últimos cuatro meses nunca pude encontrar continuidad”, afirmó, como argumentando esa emoción.
Junto a él, los simpatizantes fortineros compartieron la emoción porque saben lo que significa su presencia en el plantel. De hecho, el pasado viernes por la noche, el delantero fue invitado a la premiación del baby del club y fue solicitado por los niños para las fotos, tanto o más que Mauro Rosales, el jugador más consagrado que salió de Alumni y es una figura internacional del fútbol.
“¿Qué puedo decir de la gente de Alumni? No tengo más que palabras de agradecimiento; es mucho lo que recibo, haga o no haga goles; siempre es así, quizás porque saben lo que siento por este club y lo que trato de dejar en la cancha por esta camiseta”, comentó.
Es por ese motivo que dijo estar “muy feliz” por la victoria.
“Teníamos que ganar, sea como sea, y aunque no jugamos bien, hubo sacrificio de todos y, si seguimos así, vamos a tener más alegrías el año que viene”, expresó.
Consultado sobre por qué se levantó la camiseta en el festejo (y se ganó la amarilla), el delantero comentó que se lo había prometido a quien le regaló la casaca de abajo, el dueño de Rockanrolla (Pablo Bettiol, otro simpatizante fortinero), una radio que escucha seguido.
En ese sentido, anoche Rena volvió a ser una especie de rockstar de Alumni, aunque los colegas de Sunchales lo tienen más como “verdugo”.
Lencinas
Otro que no ocultó su felicidad fue Joaquín Lencinas, de gran partido, no sólo por lo que imprimió desde su sacrificio, sino también porque se mandó al ataque con criterio, más allá de sus limitaciones, y hasta tiró el centro del gol del triunfo.
“La verdad que me la jugué ahí, fui a lucharla y por suerte el centro salió bien”, dijo el “Gallo”, ex jugador de Instituto.
El marcador de punta también resaltó que “toda la defensa tuvo muchos errores antes, pero desde hace rato está muy sólida y creo que eso nos da confianza”.
A su turno, Emanuel Céliz recalcó que “este grupo se merecía terminar el año de esta manera”. Y argumentó: “Es la primera vez que veo a un plantel tan sacrificado, que labura fuerte y no se decae a pesar de todos los golpes, por eso digo que esto era merecido”.
El “Pepe” remarcó, en cuanto a su situación personal, que desea quedarse en el club, pero todo depende de la decisión de Carlos Ahumada (dueño de su pase), quien puede volver a tomar la posta en Juventud de San Luis y es posible que lo lleve.
“Yo estoy a disposición de lo que pida Carlos, aunque me gustaría quedarme acá; ojalá”, expresó el central, de rendimiento superlativo en los últimos partidos de Alumni.
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