Escribe: Juan Manuel Gorno

Estaba escrito que Alumni había mejorado en los últimos partidos del Argentino A y que, desde esa mejoría, el resurgimiento desde el fondo no tardaría en llegar. Pero el tema estaba en los resultados, motivo por el cual poco importó anoche su manera de afrontar el partido. Lo destacable, entonces, estuvo en el 2 a 1 que obtuvo frente a Libertad de Sunchales, en Plaza Ocampo, donde los hinchas fortineros pudieron celebrar después de algunas fechas de incertidumbre, tiraron al tacho la mufa y se regocijaron porque, por lo menos, pasarán una felices fiestas antes de seguir sufriendo en 2012.
No es para menos. El triunfo acortó a cinco puntos la distancia con el penúltimo (Unión de Sunchales) y se basó con buenas señales porque, a la seguridad defensiva que logró conservar, le agregó anoche una mayor dosis de sacrificio en el mediocampo y mejor eficacia en el ataque, donde pudieron marcar los dos delanteros que estuvieron en cancha.
La agresividad para buscar la victoria se visualizó desde el principio porque, al minuto, tras un tiro de esquina dos defensores armaron una jugada de riesgo: Joaquín Lencinas la bajó por el segundo palo y Emanuel Céliz envió un remate cruzado que salió desviado.
Libertad, con mucha gente en el medio, tardó en reaccionar y apeló constantemente al pelotazo o pase largo para su único punta, Maximiliano Antonelli, quien empezó a tener problemas para desplazarse ante la solvencia que hoy ofrecen el propio "Pepe" Céliz y Maximiliano Rosales, uno de los ovacionados por la hinchada.
Encima, los volantes externos del visitante (Walter Cudek y Víctor Cejas) no progresaron porque debieron correr siempre desde atrás a los marcadores de punta, que no dejaron de ir al ataque.
De esta manera, a los 12’, Lucas Gómez -de buen trabajo- dio un aviso cuando recibió de Fernando Brandán y quedó mano a mano con el arquero, pero Iván Baigorria tapó ante el tiro violento del delantero.
Gómez tuvo revancha 12 minutos más tarde y el arquero, esta vez, se confió demasiado: un tiro libre frontal fue peinado por el atacante, de espaldas al arco, y la pelota (mojada como el campo de juego) se le escurrió entre las manos y pasó entre las piernas del uno visitante.
Con la ventaja a su favor, Alumni trató de fortalecerse trasladando en el mediocampo bajo la sapiencia de Federico Silvestre.
Sin embargo, en una salida desde el fondo, el arquero Sebastián Hernández no fue menos que su colega y le regaló la pelota con los pies a "Maxi" Antonelli, quien sólo tuvo que encarar para traducir ese regalo en el gol del empate.
Antes del cierre de la etapa inicial, Brandán mandó un tiro por encima del travesaño que bien pudo ser la tranquilidad de Alumni. Pero no fue así.
Atento para que sus dirigidos no se desmotivaran, el "Zurdo" López habló en el entretiempo y ahí nomás mandó a la cancha a Víctor Rena, en remplazo de Juan Aimar. Un gran acierto.
Apenas tres minutos le bastaron al delantero villamariense para marcar su primer gol en el campeonato. Se acomodó por el segundo palo y esperó que Lencinas fabricara la jugada.
El lateral se mandó por la derecha, pasó entre dos y envió el centro hacia la humanidad del delantero, quien hizo unos pasos hacia atrás y metió el cabezazo cruzado, letal.
De ahí en adelante, Alumni se puso el overol y trabajó el partido, mientras Libertad intentó tomar riesgos y se ubicó unos metros más adelante.
Hernández, a modo de reivindicación por su falla, tuvo muy buenas intervenciones y, además, el palo le dio una mano después de un remate del ingresado Berardi.
Es cierto que Alumni también estuvo cerca de aumentar (no pudo definir López, que entró por el lesionado Gómez, ante un centro de Yocca, que ingresó para cubrir el otro costado del mediocampo), pero lo concreto es que fue Libertad quien más posibilidades generó en los últimos 20 minutos de partido.
Mientras, en las tribunas, los hinchas fortineros se mordían las uñas y pedían la hora; en la cancha, los jugadores utilizaron todos los recursos para defender el resultado. Y el buen juego aéreo de Rosales, Céliz, Silvestre y compañía resultó vital para ese objetivo tan esperado.
Ganó Alumni nomás, sufriendo, aunque esta situación sólo forme parte de su forma de vivir estos momentos. Quizás el año que viene pueda tener mayores felicidades.

El árbitro

El mendocino Pascual Fernández tuvo algunos problemas de conducción y eso se verificó en una acción donde cortó el juego para cobrarle una falta a favor de Alumni, cuando Leonardo López se iba solo para el ataque. El juez también se equivocó en no mostrar algunas tarjetas amarillas por juego brusco.

La figura

Dentro de una producción interesante desde todos los jugadores fortineros, se destacaron la solvencia de Maximiliano Rosales y el juego de Federico Silvestre. También jugó muy bien Lucas Gómez -hasta que salió con problemas físicos- y Víctor Rena entró enchufado. No hay que olvidar a Joaquín Lencinas, quien armó la jugada del segundo gol.