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Chávez en el primer turno, entrenamiento matinal, en el gimnasio |
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Entrevista: Gustavo Ferradans
(de nuestra Redacción)
El internacional Lucas Chávez llegó el domingo a esta ciudad y ayer se sumó al trabajo de mini pretemporada que inició el equipo Lechuzas Villa María, con trabajos de gimnasio y en arena por la mañana y con pelota en la cancha por la tarde.
Nacido el 3 de abril de 1982 en Capital Federal, Lucas comenzó a jugar al vóley a los 8 años en Argentinos Juniors y poco después pasó a Club Italiano, debutando en primera en 1999, en este último club.
Pasó luego por River Plante 00/01, Azul Vóley 01/02, River Plate 02/03, Club de Amigos 03/04 (Metropolitano), Volley Ball Tiroler Wasserkraft (Austria) 03/04, Alianza de Jesús María 04/05 y 05/06 y Fenerbahce (Turquía) 06/07, Neftyanik Yaroslavl de Rusia (07), Belgrano de Córdoba (07/08), Entre Ríos Vóley (08/09), Guaynabo de Puerto Rico (2010), Anorthosis Famagusta de Chipre (donde fue figura del equipo que ganó la Copa y la Liga de ese país, 10-11) y Asul Lyon Volley (2011, de la Liga Pro A de Francia). Ahora en Lechuzas Villa María.
En 2001 debutó en el seleccionado mayor de argentina disputado la Copa de Campeones de Japón y entre otros pasos sobresalientes por diferentes torneos, se recuerda cuando fue goleador de la Copa América 2007,
“Luketa”, como lo llaman en el ambiente del vóley, con sus 29 años de edad y sus 1,99 metros de estatura, viene fundamentalmente a sumar experiencia en este plantel que es muy joven.
“No siento que venga como un salvador. Tampoco me voy a echar atrás ni nada por el estilo. Vengo a aportar mi experiencia desde mi lugar, en un plantel muy joven. El más grande tiene 25 años y es Juampi (por Juan Pablo Alanis), que ha jugado también en la selección nacional. Pero desde mi experiencia yo vengo a ayudar al equipo, no soy ni Messi ni Maradona. Vengo a sumar algunos puntitos que por ahí le falta al equipo para poder llegar a donde quiere, que es llegar a salir de la mala posición que estamos”.
Puede darse una situación parecida a la ocurrida en el ascenso, con la incorporación a mitad de campeonato del reconocido Oscar “Cachorro” Vizarri, que en un plantel muy joven y con altibajos, le aportó orden y motivación. En cuanto a si su rol puede pasar por ahí, Lucas señaló que “a Vizarri lo tengo allá arriba -dice con tono de admiración- he entrenado también con él y es un jugador que ha jugado en las mejores ligas. Yo he tenido la chance de jugar en grandes ligas pero él era un jugador-técnico y yo no vengo a hacer ese rol. Yo vengo a ayudar en el juego del equipo y tomar cierta responsabilidad en momentos decisivos, ayudar en el día a día a los jugadores. A ellos les falta más que nada en el cierre de los sets. No soy el salvador ni vengo a hacer 80 puntos por partido”.
Sobre lo que conoce del equipo villamariense, Chávez dijo que “se que tiene un plantel muy bueno. No se le ha dado por ahí los resultados. Es increíble que un plantel tenga de promedio 21 años. Tenemos jugadores de 2 metros y jugadores chiquitos pero que saltan un metro y medio. Tenemos muy buen material para trabajar. Eso es realmente muy valorable”.
En cuando a si su regreso a la Liga Argentina pasa también por volver a la selección, expresó que “mi plan de llegar acá es justamente ese. Obviamente que el primero es sacar a Villa María de la situación en que está, después en lo personal es tratar de volver a la selección porque es algo que cualquiera de los chicos que están acá quieren. Algunos han estado, por ahí algunos quieren estar. El año pasado yo me he quedado afuera y lo he sufrido mucho, creo que haciendo las cosas bien puedo llegar a tener un lugar”.
Al referirse a los motivos que produjeron su salida del Lyon francés, comenzó con que “era un club que había ascendido desde segunda división y no se había preparado. Ellos creían que si, pero no fue. Habían ganado muy fácil la segunda división y creyeron que con eso solo les alcanzaba para pasar el trapo en primera división. Se encontraron con otra realidad mucho más dura. Jugábamos partidos, no nos salían las cosas, perdíamos, no teníamos recambio, casi ninguno de los jugadores había jugado en primera división y cualquiera que asciende se refuerza, es lo primordial. Hay otros temas, pero no pasó porque no me haya adaptado a la Liga o porque no me entendía con el técnico. Ellos no estaban preparados para asumir responsabilidad para estar ahí en primera. Ellos creían que con lo que realizaron el año anterior estaban sobrados”.
En cuanto al balance que realiza luego de haber jugado en equipos de Centroamérica, Europa y también Asia, opinó que “la verdad que cualquier experiencia es buena, ya sea que juegues una Liga buena o mala. Yo creo que siempre hay que sacar las cosas positivas de lo bueno y lo malo. Saber que si a uno le toca jugar en Chipre, no es lo mismo que ir a jugar a Rusia o Turquía. Las ligas son diferentes y las exigencias son otras. Para el momento en que yo me fui a Chipre, era lo mejor que yo tenía para irme, que fue por un tema mental también. Sé que jugar afuera es hermoso, se gana otra plata que no se gana acá, por desgracia, aunque ahora hay muchos equipos acá que están pagando mucho. Las experiencias son buenísimas, conoces lugares y gente nueva, sumas experiencia. Yo he vivido en Europa, Asia y en Centroamérica y la verdad que siempre me han pasado cosas nuevas”.
En otro momento del diálogo con EL DIARIO, Lucas destacó que “lo mío se puede explayar si el equipo se explaya. Hay que sacar lo mejor de estos pibes que lo están comenzando a demostrar poco a poco. Ya han ganado tres partidos y es lo que necesita el equipo, ganar un partido y sentir que puede. No tenerle miedo a nadie. Son pibes y el “querer y poder” lo tienen que tener. No tienen que tenerle miedo a un Milinkovic, no son “cucos”, juegan al vóley igual que uno y hacen los puntos igual que uno. Eso es lo que vengo a tratar de hacerles entender y que el equipo entienda eso; ser caradura y darle siempre para adelante”.
Sobre si sumarse justo en el receso le puede ayudar para vincularse y conocerse mejor dentro de la cancha con sus compañeros, subrayó que “era justo lo que yo quería. No quería llegar y jugar directamente. Mi idea era llegar y ponerme a entrenar, sentirme bien con los chicos, que me tengan confianza y yo tenérsela a ellos”.
Finalmente, si el “gancho” para sumarse al equipo fue que estuviera Pablo Del Grecco, señaló que “obvio. Fue el que me trajo acá. El al ser amigo desde la infancia, más allá que ahora es el técnico y yo jugador, nos conocemos desde hace 16 años. Todo eso queda afuera cuando estamos en la cancha. El es mi técnico, yo lo respeto y eso tiene que ser lo primordial para cualquiera. El me contactó para que yo llegue a Villa María. Es la segunda vez que estamos así. En Entre Ríos él era el asistente, pero ya sé como trabaja. También conozco a varios de mis nuevos compañeros”.
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