Los argentinos incorporamos a nuestro lenguaje la palabra “avenimiento” a partir del uso de esa figura por parte de una cámara pampeana, que le dio el beneficio de la libertad a un violador porque la víctima, pareja del detenido, dijo que lo perdonaba. Los días siguientes mostraron el horror, cuando el violador decidió matar a quien lo había perdonado.
“Desde mi óptica, el avenimiento es inconstitucional”, dijo Francisco Márquez, uno de los hombres que se comprometió ayer a luchar contra el machismo.
“La violencia de género hace que la víctima no sólo sufra la agresión, sino que en muchos casos se enferme”, dijo. “En función de eso, admitir que la víctima en esas condiciones decida perdonar a su agresor, es muy difícil, porque hay una cuestión de salud mental en el medio”, aseveró.
Desde el punto de vista legal, mencionó el artículo 7 del Tratado de Belem do Para, que tiene rango constitucional y que establece la obligatoriedad del Estado de perseguir y castigar la violencia contra las mujeres. “Como el abuso sexual es una forma de violencia, la norma del avenimiento colisiona con ese artículo, que tiene una jerarquía mayor que el Código Penal, lo que, la transforma en inconstitucional”, dijo.
Afirmó también que el Poder Judicial tiene una mirada de género “no sólo ideológicamente, sino porque así lo dice la ley. Es por eso que tiene encañoñado una parte de su esfuerzo a tratar la problemática de violencia de género”.
“De todas maneras, el Poder Judicial ante una denuncia, tiene la responsabilidad de apartar al agresor de la víctima. Lo que no puede resolver es el tema de la vivienda, el alimento, porque en muchos casos la mujer depende económicamente de su agresor. Eso lo tienen que resolver otros ámbitos de la política”, agregó.
Finalmente, al ser consultado sobre la reclamada unidad judicial para la mujer, señaló que va a ser bueno para el diagnóstico, pero no para resolver la problemática.