A las 8.30 comenzaron a concentrarse en el predio villanovense del Sitramun, el sindicato de los empleados municipales. Pasadas las 9, se realizó el sorteo para conocer las ‘disputas’ (entre comillas, porque no puede haber disputas en semejante muestra de solidaridad) de los diez equipos de fútbol conformados, cada uno, por siete personas. Y a las 10 de la mañana se largó el campeonato. A las 18, se retiraban sabiendo que, en realidad y más allá de los resultados deportivos, todos habían salido campeones. Campeones de la mano de Joaquín.
El niño que en abril próximo cumplirá 4 años, y al que una parálisis cerebral no le permite movilizarse, recibió ayer una gran ayuda por parte de hombres que se anotaron para darle una mano jugando al fútbol (abonando cada equipo 250 pesos de inscripción).
Miembros de la Clínica Fusavim, empleados del Servicio Penitenciario del Establecimiento Penitenciario Número 5, policías, jóvenes que se conocen por ser vecinos, parientes, conformaron los diferentes equipos. Hasta un niño de 7 años integró uno de ellos.
Marisa Carrillo, la mamá de Joaquín Chanquía, recibió a EL DIARIO en el Sitramun y confesó estar “muy contenta”. “No lo puedo creer, realmente. La gente es muy solidaria”, fue una de sus primeras expresiones.
La mujer contó que su pequeño hijo no estuvo presente por encontrarse engripado. Indicó que el niño no gatea ni camina y que tiene una vida agitada en cuanto a los horarios: va a la fonoaudiológa, al kinesiólogo, a natación y a equinoterapia.
“Está acostado o en una silla de ruedas o a upa. El no puede, por ejemplo, tomar un vaso para beber”, precisó.
¿Cómo puede salir adelante? Concretamente, con un tratamiento en China, para lo cual se requieren 50 mil dólares (están comprendidos en ese importe los gastos de estadía de sus papás). Por eso se efectúan actividades como las de ayer, para conseguir fondos. Hoy, por ejemplo, habrá una pollada al mediodía en el Club Rivadavia de Villa María.
Los equipos. EL DIARIO dialogó en la cancha con integrantes de dos equipos. Uno, conformado por chicos del barrio Bello Horizonte y San Juan Bautista de Villa María, con edades de 20 a 24 años. Paul Marinelli dijo que “vinimos a dar una mano”. Uno de los chicos fue sin saber para quién se hacía el campeonato, pero conociendo el fin solidario.
Otro, “Los Picapiedras”, con jóvenes del San Antonio y Residencial América de Villa Nueva. Darío Godoy y Franco Godoy contaron que uno de los miembros del equipo es compañero del padre de Joaquín, en la cárcel villamariense.