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Los policías registran los objetos recogidos y los resultados de las pericias realizadas en el lugar donde se produjo el homicidio. En la otra foto, la fachada del boliche |
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Un joven de Arroyo Algodón fue asesinado ayer a la madrugada a la salida de un boliche de esa localidad.
Lautaro "Piquí" Piva, de 19 años, fue ultimado por una patota que lo atacó a las 5.30 a las puertas del local bailable "Bugarú", situado en Rivadavia 230, casi esquina San Martín, enfrente de la plaza de la mencionada localidad.
La víctima, quien hoy cumpliría 20 años y al parecer murió en el acto o en el trayecto hacia el Hospital Regional Pasteur de Villa María adonde fue trasladado por los Bomberos Voluntarios, dejó de existir a raíz de una pelea entre jóvenes de Arroyo Algodón y otros de Villa María que habían concurrido en un ómnibus.
El fiscal
Ayer al mediodía, el titular de la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno, Gustavo Atienza, recibió a El Diario en su despacho de Tribunales e informó que, en principio, se trataría de un "homicidio en riña", al que calificó como "el peor de los escenarios para un fiscal", ya que, por lo general, el hecho se produce en medio de una confusión y con múltiples protagonistas.
Al momento de dialogar con nuestro cronista, el fiscal actuante estimó que entre los treinta jóvenes que fueron conducidos desde la confitería hasta la Policía local, habría al menos una decena que participó de la gresca: seis, habrían atacado y, cuatro, defendido. Atienza dijo que "no he pedido que se midieran los niveles de alcohol en sangre, porque es una acción invasiva".
Seis detenidos
Por su parte, el comisario José Martínez destacó que, para poder controlar la situación, se hizo necesaria la participación de refuerzos de localidades cercanas, ya que en el boliche sólo había tres policías de adicional y en el Destacamento de Arroyo Algodón un solo efectivo de guardia. Se estimó, en tanto, que durante la madrugada del domingo habían llegado hasta el boliche "Bugarú" unos 150 jóvenes.
Fue allí que los uniformados procedieron a la aprehensión y traslado a la dependencia policial de seis jóvenes, tres de ellos adolescentes de 15 años, uno de 17 y dos mayores de 18 y 19 años de edad, a la vez que eran buscados otros dos sospechosos de haber intervenido en la trágica pelea.
Ayer a la mañana, por otro lado, un centenar de familiares de los detenidos poblaron las inmediaciones de la Comisaría de Distrito y Jefatura de la Unidad Departamental, a la espera de novedades.
Un testigo
EL DIARIO tuvo ocasión de dialogar con Oscar Gigena, uno de los tres jóvenes que acompañaba a "Piquí" Piva en la confitería.
Gigena, tras recordar que el muerto era padre de dos pequeñas niñas, relató que "Piquí rozó sin querer a uno de Villa María dentro del local y el otro le respondió con un cabezazo. Después, lo siguió hasta la calle y allí lo atacó. Empezó a agredirlo él solo, pero cuando vieron la pelea, los que ya habían ido al colectivo para volver a Villa María, se vinieron a ayudarlo. Yo y otros muchachos más del pueblo salimos a defenderlo, pero fue inútil. Con los primeros golpes lo hicieron arrodillar y allí le dieron una patada que me parece que lo mató, porque dio un suspiro y no cayó con fuerza".
Sobre este punto en particular, la Unidad Departamental informó ayer a través del parte de prensa que al llegar la comisión policial hallaron a "varios individuos agrediendo a una persona de sexo masculino que se encontraba en el piso". Al parecer, en la violencia de los actos pudo influir el grado de alcoholización de los involucrados. En cuanto al desenlace, se estima que fue especialmente grave para Piva, porque éste había sufrido un accidente tiempo antes, a raíz de lo cual se le habría colocado una prótesis en la cabeza. Piva vivía en el radio urbano de Arroyo Algodón y se ganaba la vida como albañil y changarín, además de haber integrado, años atrás, las divisiones inferiores del Sportivo Playosa. "Otras veces ha habido peleas, pero esto me parece una injusticia, que por una pelea se pierda la vida; yo pienso que los atacantes estaban drogados", dijo Gigena a nuestro matutino, después de declarar ante Atienza, quien entre otras medidas ordenó un rastrillaje en las inmediaciones del boliche, en que se hallaron piedras que podrían haber sido usadas en la batalla campal que terminó con la vida del joven de Arroyo Algodón.
Secuestro del micro
Por otro lado, la Policía dio cuenta que, por disposición judicial, se trasladó a la Subcomisaría de barrio San Justo la unidad de transporte perteneciente a la empresa Alanis, "que circulaba con 30 ocupantes desde Arroyo Algodón a Villa María, quedando secuestrado a los fines de practicarle el registro", al mismo tiempo que fueron demorados los ocupantes del micro para recabarles los testimonios correspondientes.
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