Escribe: NET
Hace diez años, exactamente, el país ingresaba a una de las antesalas del infierno. La crisis golpeaba puertas y saqueaba. Sin piedad robaba sueños y dejaba a su paso desempleo y pobreza.
El fuego de un pueblo dispuesto a defenderse hasta las últimas consecuencias salió a enfrentarla y las consecuencias están escritas en la historia de diciembre de 2001. Hace apenas diez años.
Argentina pasó esa tormenta, la que ahora anda por el mundo, y es ejemplo.
Ejemplo de recuperación, de lucha, de esfuerzo, de dignidad.
Demostró que no todo estaba perdido y estuvo dispuesta a entregar el corazón.
El peronismo fue una de las piezas claves de este proceso transformador que Néstor Kirchner comenzó en 2003 y hoy continúa la presidenta Cristina con un respaldo popular que muy pocos mandatarios tuvieron en la historia del país.
¿Por qué, entonces, el líder de la CGT Hugo Moyano decide renunciar a los cargos en el PJ?
Una pregunta que puede tener varias o ninguna respuesta.
Desde una óptica se puede decir que el experimentado dirigente sindical planta la bandera de “lucha” en su propio terreno para evitar ser, según sus propias palabras, “un bufón” de los que mandan.
Pero, después de muchos años de dependencia, el poder político ha logrado marcarle la cancha a los que siempre manejaron las riendas detrás de bambalinas. Uno de los grandes logros K. Lograr la independencia económica y la soberanía política indispensable para hablar de justicia social. Base de la doctrina justicialista.
¿Por qué, entonces, Moyano se enfrentaría con el poder político?
¿Rebelión, táctica, estrategia?
Cristina no va a ceder ante las presiones de quienes disputen espacios de poder individuales o sectoriales.
Eso está claro para cualquier persona que sepa leer las señales de los hechos, más allá de las palabras.
Esta presidenta libró una dura batalla contra la dirigencia del campo y luego, lentamente, se curó las heridas, avanzó sin ceder posiciones y fue reelecta con el apoyo de la mayoría de los pueblos que alguna vez defendieron la postura de la Mesa de Enlace.
Cristina, y Néstor, enfrentaron al monopolio mediático. Ella, a pesar de la pérdida de su compañero, continuó esa lucha. Es el poder político diciéndole al poder económico: “Hoy, las decisiones las tomamos los gobiernos, no ustedes”.
Que les quede claro.
Moyano lo sabe. También sabe que los trabajadores no se merecerían, en este momento, una confrontación entre dos partes que, definitivamente y más allá de las diferencias, tienen causas en común.
La presidenta, con aciertos y errores, ha demostrado que tiene las agallas necesarias para seguir el camino de sus convicciones hasta el final. Le guste a quien le guste.
Alguien, en toda batalla, tiene que ceder. Cristina no lo puede hacer, es la presidenta.
Eso, Moyano lo sabe.
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