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Diego Marín desató la locura en el primer gol, justo ante su ex equipo |
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Escribe: Alexis Zegatti
Por varios años, esa cancha los disfrutó pero esta vez les tocó sufrirlos. Es que, Hipólito Yrigoyen saltó de felicidad en Arroyo Cabral al ganarle, con goles de los ex “rojinegros” José Navarro y el eterno goleador Diego Marín, a Colón por 2-1 y clasificó a la gran final del Clausura.
Aunque no se visualizó un juego interesante, la serie mostró emoción y vibración y, dentro de esa tónica, los “Diablos Rojos” facturaron en los momentos propicios y obtuvo el pasaje a la definición del título.
Con Lucas Giménez como única punta y Rivera como lanzador junto a Carranza y Chocobares por los costados, el técnico del local buscó hacerle daño a la defensa roja, algo que no logró porque no tuvo las ideas necesarias para conseguirlo.
Y más allá de que comenzó un poco mejor que su rival, en los últimos metros se nubló y además no tuvo los réditos esperados con un Giménez a quien le costó demasiado jugar de espaldas al arco (José Fernández arrancó en el banco porque en la semana no pudo entrenar). Por lo tanto, mientras el local intentó sin lastimar, Yrigoyen buscó golpear de contra, y protagonizó las primeras chances del cotejo.
A los 8’ Marín no logró conectar un pase de Navarro quien, cinco minutos más tarde, perdió el duelo con Brignone.
Pasado el cuarto de hora, el local tuvo la primera de riesgo, Carranza recibió por izquierda tras pase de Giménez y remató alto, cruzado y desviado cuando Rivera esperaba solo por el medio.
Pese a no jugar bien, Colón manejó el balón y algún chispazo futbolístico de Carranza hizo ilusionar al público presente, como a los 24’, cuando el volante dejó a tres en el camino y sacó un remate desde 25 metros que Tisera envió al córner.
Hasta que a los 30’ llegó el (doble) error y Marín facturó; es que, Alvarez se durmió, Brignone salió a buscar el balón pero se le escapó y el goleador, ubicado en el lugar y momento exacto, sólo tuvo que empujar la pelota. Regalo de Navidad para Marín, quien marcó y festejó junto a su gente el 1 a 0.
Duro cachetazo para el rojinegro que tardó varios minutos para volver al encuentro hasta que a los 40’ lo tomaron a Alvarez en el área, el árbitro no dudó y cobró penal que se encargó de ejecutar Lucas Giménez al palo izquierdo de un Tisera que voló al derecho: 1 a 1.
Mientras algunos todavía festejaban, movieron del medio Morre encaró a Grande quien lo bajó y vio el segundo cartón amarillo; roja, uno menos y otro cachetazo al elenco local.
Pese a la inferioridad numérica, en el entretiempo Abate Daga le dejó su lugar a “Zuruno” Fernández, para darle más peso al ataque del anfitrión. Y así ocurrió porque Carranza, Rivera y Giménez encontraron con quien descargar y generaron preocupación en la defensa visitante.
A los 12’ la tuvo Fernández cuando se durmieron todos tras un pelotazo largo, el delantero definió por debajo de Tisera pero el balón dio en la punta del pie del arquero y despejó el peligro.
A los 26’ la tuvo Giménez, quien recibió de Fernández, pero el remate fue bien tapado por Tisera y en el rebote Mansi mandó el balón a la parte externa de la red.
De contra pudo ampliar la visita con Mayco Rodríguez y Marín, quienes en ambas chances se toparon con la lucidez de Brignone.
Hasta que a los 37’ Gabetta encaró por izquierda, llegó al fondo y se la cedió a Navarro quien hizo bailar a Alvarez de un lado hacia otro y, sólo frente a Brignone, definió bien lejos para el definitivo 2 a 1.
Luego Colón buscó la hazaña pero no lo logró, no estuvo claro, le faltaron ideas, pese a que dejó todo en el campo de juego y el calor influyó en el rendimiento de todos los jugadores que sintieron el cansancio.
Con un hombre menos, el “rojinegro” doblegó esfuerzos para lograr el objetivo, Luppo desde el fondo trató siempre de contagiar, cortó cada pelota que pasó cerca suyo, pero igual el local no logró marcar y, al frente, hubo un equipo que golpeó en los momentos justos y supo jugar con la desesperación del rival.
La figura
En un partido donde el buen juego quedó en el olvido, los pelotazos y la pierna fuerte estuvieron a la orden del día. En el medio de eso, sobresalió la potencia y la garra del volante devenido en defensor, Luciando Luppo, para redoblar esfuerzos, aparecer por cada sector de la cancha e intentar contagiar a sus compañeros para buscar un resultado favorable.
El árbitro
Julio Fernández. Correcto en la expulsión de Grande. Pese a que Morre agrandó la situación, el ex Alem cometió una falta para amarilla (ya estaba amonestado). No tuvo fallos que complicaran el resultado del encuentro.
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