Edicion: 2015-07-01
Hoy en Tapa de Papel | Ediciones Anteriores
NOTICIAS SUPLEMENTOS SERVICIOS CONTACTO QUIENES SOMOS
Portada  »  Tiempo de salud  »  “A los chicos no se los preserva de la sexualidad adulta”
20 de Diciembre de 2011
Susana Amblard
“A los chicos no se los preserva de la sexualidad adulta”
Compartir Compartir Imprimir
La psicóloga infantil asegura que los medios de comunicación acentúan las perversiones

sicóloga infantil y docente especializada, dirige un proyecto de investigación en la UNVM donde intenta redefinir el concepto de infancia en la actualidad, teniendo en cuenta las nuevas variables socioculturales y pedagógicas.


¿Existe la infancia en esta primera década del nuevo Siglo XXI o sólo se trata de una vieja categoría que no coincide con la realidad? ¿Qué representación tienen los adultos, especialmente los maestros, del niño actual? ¿Puede hablarse de infancia tal como se la concebía en el Siglo XVIII cuando se desarrolló este concepto o se trata de un fatal anacronismo? ¿Estamos siendo testigos de la muerte de la niñez en los contextos urbanos y de clase media? ¿O estamos presenciando el nacimiento de nuevas formas de infancia, tan extrañas como ingobernables desde la casa y la escuela?
A todas estas preguntas se las estuvo haciendo la psicóloga Susana Amblard, luego de lo cual intentó darles respuestas desde un trabajo de investigación, el que lleva a cabo con la doctora Mercedes Civarolo. Los resultados, que verán la luz próximamente en un libro, combinaron la reflexión teórica con el más exhaustivo trabajo de campo: encuestas a maestros de escuelas primarias (privadas y públicas) de Villa María y pueblos de la región. “Los datos recogidos en estas encuestas, coincidían en una dualidad alarmante -comenta Amblard-. Cuando les preguntábamos a los maestros por la infancia, tenían una respuesta naïf; la etapa de la pureza, de la inocencia, de la alegría, decían. Pero cuando le preguntamos cómo veían a los niños de hoy, todos los calificativos eran negativos, como si la idea del niño se hubiera degradado”.


Los medios de comunicación y los niños del Siglo XXI

-¿A qué creés que se debe esa dualidad en las respuestas?
-A que esos maestros, al igual que todos los adultos, no han podido articular todas las variables que están incidiendo en la formación del niño actual. Antes era la familia, el barrio y la escuela lo que formaba a un chico, pero ahora son los medios de comunicación los que tienen una injerencia determinante. Y todavía no saben muy bien cómo manejar ese caudal de información ni en qué afecta a los chicos.
-¿Cómo es esto?
-Por un lado, padres y docentes dicen que está bien que los chicos usen computadoras y por el otro lado dicen no entender que se pasen horas enteras frente a una pantalla. Tampoco saben si ser autoritarios, como en los viejos tiempos o permisivos para ser modernos. Y se dan cuenta de que no pueden ser autorreferenciales, que no pueden aplicar en los chicos de hoy la educación que ellos recibieron en sus tiempos.
-¿Cuándo comienza este cambio en la niñez en Argentina?
-A partir de los ‘90, cuando se quiebran todas las políticas que habían tendido a una formación de ideales sociales. La ley del mercado irrumpe en ese espacio vacío que dejaron las instituciones a través de la televisión y la publicidad. Entonces el mercado hace que el chico sea un consumidor, un cliente. El mandato de la televisión tiene mucho más fuerza que el mandato del Estado: comprá ya, decile a tu papá que lo busque en el quiosco… La televisión da órdenes.
-¿Qué papel jugó el Estado en este nuevo concepto de infancia?
-Nuestra hipótesis es que el ancestral proyecto de gobierno de “formar ciudadanos pasando por la familia” se rompió. El Estado ya no tiene injerencia en la educación y las familias quedaron sin certezas, sin nadie que marque la directriz de qué hombre y qué ciudadano se busca.
-¿Qué condiciones se precisan para que exista la niñez en su significado clásico?
-Tiene que haber un sector de la población que se diferencie del adulto, cosa que existe cada vez menos. El mercado, además, pretende que todos seamos adolescentes, que un niño y un adulto usen la misma remera o miren la misma película. Desaparecieron “las edades” y “los ritos de pasaje”. Hoy ya no tiene más significado que el varón se ponga por primera vez pantalones largos o una chica cumpla los 15, porque antes y después de ese momento, la vida para ellos sigue siendo igual.
-Al cambiar el concepto de infancia, ¿cambió el concepto de ley?
-Sustancialmente. En épocas de Sarmiento, se sostenían los imperativos categóricos de Kant: “Esto no se hace porque no se hace”. Pero el Estado se fue corriendo del lugar de control y entonces desaparecieron las leyes trascendentes. Por otro lado, los períodos de autoritarismo y gobiernos militares hicieron que se debilitara aún más todo lo que tiene que ver con la legalidad. Y eso también empezó a desacreditar la ley paterna.
-¿Y cuál debe ser el rol paterno para instaurar la ley perdida?
-Estamos en una cultura que incentiva el placer sensual inmediato y hay una falta de prohibición. Por eso el adulto debe poner freno a todo lo que genera adicción autoerótica en el niño, como tomar la mamadera hasta los 3 años o dormir con la madre hasta los 5. Está lleno de chicos así, son una epidemia.
-¿Y por qué razón hay una falta de prohibición paterna?
-Por un lado, porque la sexualidad del adulto está indiferenciada de los chicos de hoy. Y por el otro, la televisión está mostrando todo el tiempo una sexualidad que es una apología de la perversión, de la prostitución, del abuso, de los excesos. Y lo peor es que cada vez se está legalizando más la aproximación a ese abuso.
-¿Los medios fertilizan esas perversiones?
-Totalmente. No tienen conciencia del impacto que producen. Ahora todo lo que pasa en el plano sexual parece estar bien. Y ese es el problema. A los chicos no se los preserva de la sexualidad adulta. O se los deja viendo tele o se los deja con hermanos adolescentes que tienen una sexualidad bastante explícita ante los más chicos. Y todas esas cosas están naturalizadas. Al chico se lo está tratando como a un adulto, pero todavía no tiene aparato psíquico para metabolizar toda esta información moral.
-Al margen de los grandes cambios en la niñez, ¿qué cosas deben permanecer?
-Lo que no debe cambiar es la asimetría entre el adulto y el niño. Sigue prohibida la ley del incesto en el sentido explícito y simbólico. Los padres deben ser intermediarios en esto. La educación sexual consiste en marcarle a un niño que hay determinadas personas con las cuáles no se puede tener relaciones. Y lo fundamental, el cuerpo de un niño no debe ser apropiado por el goce de los adultos. Sin esto, es imposible estructurar cualquier tipo de identidad.

Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-

Otras notas de la seccion Tiempo de salud
  • Diez preguntas acerca de cirugía de aumento de mamas
  • "Amamantar y trabajar ¡logremos que sea posible!"
  • Más del 60% de los argentinos padece de reflujo gastroesofágico
  • Jornadas de Salud Mental
  • Aumentan casos de verrugas genitales causadas por el virus del papiloma


  • Humor
    Noticias » Locales » Regionales » Policiales y Judiciales » Deportes » Culturales » Especiales » Opiniones
    Suplementos » Tiempo de Salud » Arquitectura » Horas Libres » Rural » Cultura » Viajes »
    Archivo formato anterior » 2001 » 2002 » 2003 » 2004 » 2005 » 2006 » 2007 » 2008
    Servicios » Fúnebres » Clima »
    REPORTÁ UNA NOTICIA

    Si tenés una noticia comunicate
    E-mail: lector.escribe@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Redacción)
    PUBLICIDAD

    E-mail: publicidad@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Publicidad)
    Celular: 0353-154199702
    NUESTROS DATOS

    El Diario del Centro del País es editado por la Cooperativa Comunicar en Periodistas Argentinos 466/474, ciudad de Villa María, República Argentina
    Teléfonos: 0353-4523976 y 0353-4613126
    E-mail: eldiario@eldiariocba.com.ar

    Copyright 2008-2024 Cooperativa Comunicar.   WfxGroup - Administracion de publicidad para sitios de alto trafico - Villa Maria - Cordoba WfxGroup - Diseño y programacion Web - Villa Maria - Cordoba