Como en la mayoría de los barrios de cada ciudad, en nuestro barrio Güemes también hay una iglesia, por donde pasa la historia de muchos vecinos que a lo largo de la vida comparten etapas con su comunidad, sintiendo a este lugar como profundamente propio.
Allá por el año 1883 nacía el barrio Güemes, cuando las hermanas Bonoris adquirieron estas tierras. De a poco se fueron estableciendo familias de origen humilde, quienes motivadas por su necesidad de expresar su fe católica y compartirla en comunidad, comenzaron a gestar lo que parecía un sueño imposible: la construcción de un templo en el barrio.
En un primer momento, la señorita María Bonoris donó un terreno, que luego sería cambiado por otro, propiedad de su sobrino Oscar Eduardo Battisti. En este último es donde se construyó el templo, que al principio dependió de la Catedral y actualmente de la Parroquia Sagrada Familia.
Después de mucho esfuerzo, con orgullo y gran emoción, los vecinos del por entonces "barrio Bonoris" veían realizado su sueño: el 29 de noviembre de 1959 se incorporaba como una fecha histórica para ellos, con “la iglesia del barrio” sumándose al paisaje y a sus vidas.
Mediante la intervención del padre Gottardi se decidió designar como Patrono a Cristo Rey y a Nuestra Señora del Valle como vice Patrona.
Desde aquellos lejanos tiempos hasta hoy, la iglesia fue cambiando, creciendo y adaptándose a nuevas y cada vez más numerosas actividades, siempre con todo el empuje de su gente, con permanente preocupación y entusiasmo de todos ellos por mantener y seguir embelleciendo este querido lugar.
Uno de estos momentos memorables sucedió el 24 de julio de 2011, con la consagración del altar de la Capilla Cristo Rey, conmemorando sus primeros 50 años.
El retablo que forma parte del altar surge de una idea del padre Pedro Fagoaga y la Comisión Procincuenta Años. Fue realizado artesanalmente por el carpintero Javier Latino, en madera maciza de cedro, conservando la distribución de las imágenes, tal como se encontraban ubicadas originalmente: en el centro Cristo Rey y a sus lados San José y Nuestra Señora del Valle.
Para el diseño fue tomado como base un primer trabajo que se hizo inspirado en una pintura del Sagrado Corazón de Jesús. En el retablo se ven reflejados cornisas, torneados, molduras, etcétera, formando las capillas que albergan las imágenes.
Todo esto está montado sobre un respaldo de cedro que arma el conjunto. Como apoyo del retablo se conservó el antiguo altar de mármol, reminiscencia de los orígenes de la capilla.
Los vitrales se ubicaron en dos aberturas existentes, siguiendo el criterio de rescatar, en lo posible, todo lo que hace a la historia del templo.
Estas importantes ventanas dan un marco ideal al retablo y a todo el altar, y sobre ellas trabajó Fernanda Caballero, realizando las modificaciones y adaptaciones necesarias en herrería artística.
La idea del diseño surgió del padre Pedro y los representantes de la comunidad, se deseaba plasmar la imagen de dos ángeles guardianes del Cristo Rey, con una morfología que contuviera el centro del altar.
Estos ángeles fueron realizados en vidrios de colores claros, opalinas en tonos celestes, blancos, ámbar. En su base se representaron nubes y estrellas doradas. Estos tonos suaves contrastan con el fondo de color rojo intenso, en forma de rayos, que son irradiados por el Cristo Rey.
Los arcos que los enmarcan, uno de cada lado, cierran este "abrazo" y para ellos se eligió una guarda de figuras en tonos verdes y violetas.
La forma rectangular de las aberturas se completó con vidrios de colores rojos, azules, verdes, naranjas, todos cristalinos intensos y siempre con el tratamiento de ambas ventanas como un todo, con una continuación formal de una en la otra, complementándose. Los vitrales se orientan al NO, por lo tanto reciben la luz del Sol directa en horas de la tarde, reflejándose sus colores en el ambiente. Como siempre sucede, el efecto varía según las horas del día, creándose distintos climas dentro del espacio de la iglesia.
Para no perder ese encanto en horas de la noche, se instaló un sistema de iluminación artificial desde el exterior, muy sencillo, y de esa manera se logró un baño de luz muy suave, agradable y parejo en la superficie.
Arq. Silvia Caffe