Escribe: Nahum Mirad*
Si analizamos las condiciones estructurales para un periódico regional, vemos que debieron endeudarse, se cooperativizaron tras quebrar, muchos sobreviven a duras penas, sin poder agregar páginas ni diversificarse; o directamente cerraron. La otra historia indicará que después de 30 años de este esquema, debieron vender a grupos económicos con capacidad de compra, entre ellos los propietarios de la empresa Papel Prensa.
La existencia de estos medios regionales (de alcance local o zonal), muchos de ellos centenarios, permaneció invisibilizada hasta no hace mucho tiempo atrás incluso para los propios gobiernos nacionales, pero su aporte al desarrollo comunitario y las economía regionales es incuestionable...
Cuando se deja de mirar emprendimientos individuales y se visualiza la totalidad del sistema que realiza la importante función social de otorgar y circular relatos, distribuir conocimiento, incorporar o dejar afuera visiones, garantizar derechos humanos y, además, se observa que en ese sistema hay actores que tienen la capacidad no sólo de comunicar, sino de definir las posibilidades del resto, se visualiza el impacto que tiene un sistema de medios concentrado tanto empresarial como geográficamente en el desarrollo integral y federal de un país.
Según sostiene el constitucionalista Miguel Julio Rodríguez Villafañe: “En el país hay cientos de diarios, periódicos y revistas organizados como Pequeñas y Medianas Empresas comerciales (Pymes) o cooperativas. También hay publicaciones institucionales de sindicatos, clubes y demás instituciones de la sociedad civil que deben imprimir en papeles caros porque ni siquiera está en su posibilidad intentar comprar papel para periódicos”.
Estas publicaciones, producto del esfuerzo por superar la concentración, le dan voz a diferentes problemáticas, sectores sociales, barrios, localidades, ciudades y regiones del país. También ayudan a preservar identidades culturales y garantizan que se puedan ejercer derechos humanos básicos, como los de información, comunicación, educación, recreación, la salud, participación democrática, control de gestión gubernamental, formación de opinión pública, entre otros. Asimismo, generan fuentes de trabajo y dinamizan la economía del lugar.
Una observación no menor. Si una empresa (o grupo empresario) vende un insumo que debe usar el resto de los emprendimientos, los segundos son parte de la cadena de valor de la primera. De cada peso que facturan los periódicos no propietarios de Papel Prensa, algunos centavos van a La Nación y Clarín vía Papel Prensa. Se entabla así una situación donde incluso en zonas donde los medios regionales están consolidados, en determinada proporción contribuyen al negocio de grandes empresas enclavadas en Capital Federal.
Otro impacto de los medios regionales sobre el desarrollo local: muchos negocios o empresas locales no tienen la capacidad económica o la necesidad de publicitar en grandes medios nacionales los bienes o servicios que ofrecen. De no existir medios locales, no podrían hacerse conocer o lo tendrían que efectuar abonando montos innecesarios.
*Periodista del diario Comercio y Justicia, de Córdoba capital
N de la R: más análisis sobre este tema en página 49.
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