Un psicólogo local escribió un libro acerca de la temática de la infidelidad, con el propósito de abrir un debate en la comunidad.
Se trata de Pedro Rodríguez, quien lanzó su primer texto como escritor que se titula “La infidelidad ¿tiene cura?”. Se estima además que es el primer libro de autoayuda creado en nuestra ciudad.
Fue editado por el sello Acento, de la ciudad de Córdoba, y ya está en todas las librerías locales así como en las principales casas de la capital provincial.
En Córdoba, el acto de presentación tuvo lugar en “Galileo Galilei”, el pasado miércoles 14. En nuestra ciudad, en tanto, se concretará un acto similar en febrero, en donde de acuerdo a su intención tratará de que los asistentes hablen y debatan sobre la cuestión.
“Por la problemática de la infidelidad atravesamos todos, ya sea como infieles, como víctimas o como amigos a los que debemos aconsejar”, observó el psicólogo, quien tiempo atrás gestionó la visita del conocido psicólogo porteño Gabriel Rolón.
Asimismo, clasificó a los infieles en dos tipos: “Hay quienes son infieles y no sienten culpa y hay otros, los compulsivos, que no pueden evitar hacerlo. Este segundo grupo puede tratarse en un consultorio psicológico”.
Consideró además que “el mayor grupo es el de los infieles que no sienten culpa” y que “en realidad la infidelidad goza de buena prensa, ya que recategoriza al varón ante sus pares”.
Observó además que “lo que vemos ahora en los consultorios es que el mismo fenómeno se está dando en la mujer. Las mayores de 40 años cuando practican la infidelidad lo hacen asociando sentimientos. En cambio, las más jóvenes son capaces de disociar el amor y el deseo”.
Rodríguez expresó que “el amor y el deseo son cosas totalmente diferentes y alguien puede amar a una persona y a la vez satisfacer su deseo con otra. Lo que ocurre es que quien es infidelidado sufre un daño terrible, ya que al sentirse traicionado, desconfía de todo y llega a sufrir un vacío existencial”.
Añadió que “la infidelidad ocurre cuando no somos capaces de controlar nuestros deseos” y recomendó como medida preventiva en las parejas “tomar conciencia de que el amor no es sólo romanticismo, también pasa por lo cerebral, por la razón y uno debe pensar cómo alimentar el deseo con la pareja. Hay que evitar que el sexo sea una instancia higiénica, como ocurre en los animales”.
“El control del deseo, así como el cumplimiento del pacto que significa el matrimonio, son cuestiones que impone la cultura humana”, observó, y resaltó que “si voy a romper el pacto, la primera persona que debe enterarse es mi pareja”.