Algunas están en un estado de construcción muy avanzado, al punto que ya son habitadas. Otras, comenzaron a ser levantadas hace poco y hay algunas que están a poco de ser ocupadas. En total, suman 42. Es el predio situado en barrio General Roca, detrás del cementerio La Piedad, en Villa María.
EL DIARIO recorrió ayer a la mañana el terreno delimitado por las calles Deán Funes, Castelli, Juárez Celman y las vías del ferrocarril. Este sector puso en el centro de la escena pública la situación de aquellas muchas familias que no tienen techo propio cuando en julio de 2009 usurparon estas tierras, pertenecientes al Estado Nacional. En ese entonces, el Gobierno municipal no accionó en contra de los vecinos y estos no se detuvieron.
Hace mucho calor en Villa María. El sol pega fuerte. Hay niños jugando en las veredas. Muchos de ellos, ayudan a sus madres a buscar agua de una canilla que está situada sobre la calle Estados Unidos.
Melina, quien reside ahí nomás, indicó a este cronista que desde esa canilla se abastecen del elemental líquido. Su marido añadió: “Son cuatro las casas que tienen agua de esa canilla”. Sobre Estados Unidos al 1300, dos vecinas nos habían contado, previamente, que padecen la falta de agua y de gas. “Nos arreglamos con garrafas y con esa canilla”, señaló Patricia, una de las residentes más nuevas.
Ella llegó al sector hace apenas dos meses, con su marido y sus dos hijos. “Cuando agarramos el predio, comenzamos a pensar en la casa. Nos costó mucho. Estuvimos alquilando a razón de 700 pesos por mes. Nos costó tener nuestro techo”, confió a este diario. Hoy están en el inmueble que posee una pieza, una cocina y un baño. “Pasó un vecino para juntar firmas así podemos tener el cordón cuneta”, reveló luego. Y resaltó que el municipio la ayudó recientemente con dos bolsas de portland.
“A todo esto lo hicimos solos. Para que te des una idea, el techo nos costó 3.600 pesos”, dijo. Su marido vive de “trabajar con los caballos”.
Igual labor que el compañero de Melina, cuya familia cumplirá en febrero próximo un año de residencia aquí: “Tardamos un año y medio en levantar nuestro hogar, que tiene cocina, baño y un dormitorio. Somos cuatro: vivo con mi marido y mis dos hijos”, precisó.
“Era mucama en el Pasteur, pero me echaron y estoy en juicio. Y él hace changas en el río”, explicó en referencia a su marido.
Viviana es otra de las mujeres de estas casas. El sol castiga sin pudor y ella sale a la vereda ante la requisitoria de este periodista. “No tenemos agua ni gas, pero sí luz, desde hace rato. La señora del frente (que no corresponde a los terrenos usurpados) nos da agua”, comentó.
“Muchas veces se habló de que tendríamos agua y gas pero no sabemos nada”, contó. Su casa tiene dos piezas y un comedor; habitan desde hace un año. Son seis personas, entre ellas un bebé. Y el hombre del hogar trabaja en la construcción.
De pronto, una de las vecinas se entera de que a unos metros de este predio, un hombre le pegó a una mujer en la vía pública. Unos jóvenes lo cuentan y la vecina se indigna: “Ayúdenla, ustedes tienen hermanas, madres, novias. Piensen en ellas. Estamos todos locos”, gritó. Su compañero agarra la moto y sale a la calle, en pos de ayuda. Se nos pierde de vista.
Los niños, ajenos a todo esto, se mojan y juegan entre risas. Como Gerónimo, de 3 años, que posa para EL DIARIO con el permiso de su madre.

Qué dice el Gobierno

Consultado por este matutino, el secretario de Gobierno, Javier Suppo, recalcó que “existió una mejora importante y se avanzó muchísimo en la calidad de vida del sector” en comparación a los tiempos en que se usurparon estas tierras.
“El municipio gestionó ante el Ente Nacional de Administración de Bienes Ferroviarios la posibilidad de contar con estas tierras para disponer de la construcción de viviendas sociales, tal este caso”, subrayó el funcionario.
En tanto, remarcó que “se avanzó en obras estructurales de agua, cloacas e iluminación. La obra de agua se inauguró hace poquito, la de cloacas se hará el martes”. Cuando este cronista le dijo que los vecinos consultados dijeron que no cuentan con el servicio, explicó que “seguiremos avanzando en la posibilidad de conexiones de cada una de las familias”. “Lo importante es que está el tendido troncal de agua y cloacas para ese barrio, no sólo para ese sector. Está nuestro compromiso de que todos accedan al servicio”, declaró.

Fotografías: 1) Al menos ya hay 42 familias que sueñan con tener el techo propio en este terreno
2) Gerónimo, frente a la casa que levantaron sus padres con mucho sacrificio