Se vienen el fin de año y en cada familia, por segunda vez en una semana, ya se está hablando de una parte esencial de estos festejos: ¡el menú de la cena!
Bocaditos fríos, platos tradicionales, postres, la garrapiñada, el brindis, son apenas algunos de los componentes que integrarán nuestras mesas, para satisfacción de algunos y estupor de otros.
Es común que de sólo pensar en toda esta comida empecemos a preocuparnos por cuál será el estado de nuestro estómago el día después. También es probable que quienes lograron cuidarse en su alimentación durante todo el año y bajar una buena cantidad de kilos, se desanimen al pensar que no podrán probar ni un bocado o que, en su defecto, sucumbirán ante la tentación de la mesa findeañera y echarán por tierra todos sus logros.
Para quitar dramatismo a esta cuestión, siempre compleja, por cierto, compartimos diez consejos prácticos para disfrutar de esta fiesta en familia y sin arrepentimientos posteriores.

@ Consejos nutricionales

1- Predispóngase que a nivel alimentación usted podrá disfrutar de todo, pero sin excesos.
2- Concientícese que si bien en las cenas festivas no comerá tan racionalizado como el resto de los días, no por eso usted echará a perder todo el esfuerzo realizado.
3- Los días previos propóngase comer muy liviano, en base a frutas, verduras, carnes magras y comida muy baja en grasa.
4- Realice días de fruta, yogur, ensaladas tanto antes como después de los días festivos.
5- Procure limitar el alcohol sólo al momento de los brindis, evitándolo en el transcurso de toda la comida.
6- En las fiestas de “despedida” que se dan en los últimos días de diciembre, procure prever de antemano que comerá no más de un plato de lo que se presente en la ocasión.
7- Mantenga el resto del día muy liviano con respecto a comidas, pero no deje de hacer todos los horarios de ingestas.
8- No abandone la actividad física: recuerde que es su principal “amortiguador” con respecto a las calorías que sobren en estos días.
9- Respecto a mesas de dulces, prepare un plato chico (de taza) con el que pueda medir pequeñas cantidades que quepan todas juntas en un plato, y procure que ese sea el límite de consumo (ejemplo, un puñado de garrapiñada, una rodaja fina de pan dulce y un bocadito de turrón).
10- Sobre todo, recuerde que es tiempo para reflexión, evaluación y determinación de nuevas metas. Felicítese por lo logrado, sea tolerante consigo mismo con lo que todavía no pudo alcanzar, pero determine nuevas metas de cuidado de la salud, con nuevos ímpetus.

Como consejo final, recuerde que ninguna de estas sugerencias sirve de nada sin la voluntad de llevarlas a cabo.

Lic. Susana Aranda
MP 1.469
Nutricionista de
Sanatorio Diquecito