55 Tintero y lápiz corrector 55
Reflejos de mi memoria:
Después de haber transcurrido un largo camino en mi vida, entre etapas idas y venidas, llegué a mi cometido final: terminar la secundaria.
Temeroso comienzo como aquel del año ‘64, pero el hombre de recuerdos también vive y, por lógica, los mejores.
Hoy pienso y me veo cruzando la calle Buenos Aires hacia la (escuela) 296 (hoy, “Nicolás Avellaneda”), de pantalones cortos, jopo engominado, guardapolvo y medias blancas y zapatillas “Flecha”, la mismas sobre las que mi madre solía decir: “No son para jugar al fútbol. Tienen que durar hasta fin de año”.
Estas, poco a poco, fueron marcando el camino y la secuencia de mi vida escolar.
Sin olvidar aquellos maestros primarios que fueron formando el inicio de mi vida, la primera maestra es como el primer amor: no se olvida jamás.
En este escrito cito a algunas de ellas: Doli, Mirtha Funes, Rosita Pedernera, Martha COlasanti, M. E. Cassich.
Con el tiempo, dándole mucho aprecio a la vida y como nunca es tarde cuando se quiere aprender -con la aprobación de mi familia- después de 45 años vuelvo a sentarme en el pupitre y comienzo de nuevo.
Fue aceptable e incómodo, por momentos. ¡Qué fastidio fueron las primeras clases de Lengua, Matemática y el “Hello, teacher”, por Dios!
Hasta que logré acomodarme con el tiempo. Gracias a la motivación y a algunos compañeros logré sortear varios escollos y seguir hacia adelante sin mirar atrás.
Hoy quiero agradecer a esos profesores que en tres años pusieron su docencia, humanidad y equilibrio a nuestra disposición.
A mis compañeros, preceptores y profesores, felices fiestas y buen augurio en 2012, CENMA “Manuel Anselmo Ocampo”.
Alfredo Fausto “Fredy” Rantica
DNI 11785803
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|