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Sin grito. Rena, Estrada y Figueroa muestran la felicidad por el gol de Alexander Lucero, detrás de ellos (foto gentileza El Diario de la República) |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
(Enviado especial)
Ni el más pesimista de los puntanos pensó ayer que Alumni podía quedarse con una victoria contra Juventud Unida. Pero tal vez pocos se dieron cuenta que el equipo villamariense suele ser el peor invitado.
Las risas, los saludos afectuosos hacia los ex, viejos recuerdos…Todo era protocolo y amistad en la previa para con los muchachos que pasaron por la “Juve” y que ahora visten la camiseta roja y blanca. Sin embargo, eso no mareó a los dirigidos por Mauricio Magistretti, que ganaron 2 a 1 con la vieja frase de “no hay peor astilla que del mismo palo”, salieron de la penúltima posición y se prometieron ir por más en la “Placita”, el próxima fin de semana.
La victoria fue sufrida, pero no por eso injusta, ya que esta vez Alumni encontró la eficacia que le faltó en otros partidos, hizo un muy buen primer tiempo y jugó con personalidad para aprovecharse de la desesperación rival.
Desde el arranque nomás, se vio a un Alumni decidido a tener la pelota lejos de Chiarini, mantener el orden y ser desequilibrante adelante, capitalizando la velocidad de Alexander Lucero.
El fuerte viento y la amenaza de lluvia (que finalmente llegó) conspiraba para un buen juego, pero el equipo villamariense se las rebuscó como pudo y encontró el gol a los 9 minutos, nada menos, como para tener oxígeno suficiente con el correr del partido.
@Nadie cantó
El primer tanto marcó una tendencia: era la tarde-noche de los ex a la hora de los goles.
Es que primero apareció el propio Lucero para poner el 1 a 0, tras un lateral que tuvo la participación de Víctor Rena para pelear la pelota en el área.
Lucero mostró picardía para ganar entre dos centrales, rapidez para llegar a tocarla y respeto para no festejar el tanto contra el club que lo vio nacer.
Lo concreto es que fue su primer gol con la camiseta de Alumni, un gol que llevó de inmediato toda la presión y desesperación para el equipo local.
Descuidando el traslado en el medio y sin encontrar profundidad, Juventud sólo intentó mediante pelotazos largos hacia la humanidad de Matías Quiroga, su grandote de área, pero Alumni había estudiado bien el libreto para ajustar esa marca y no tuvo problemas. Por el contrario, entre Fernando Guzmán y Ariel Quiroga cuidaron la pelota en el medio, mientras Walter Estrada anduvo inquieto y vertical.
El propio Estrada mandó un tiro libre peligroso a los 30’, pero José Figueroa no pudo conectar con precisión en la embestida y la pelota se fue por encima del travesaño.
Esto sólo fue un aviso, ya que cuatro minutos más tarde, Alumni volvió a lastimar con otro puntano: Ariel Quiroga.
El gol fue consecuencia de una jugada muy bien elaborada, ya que Estrada habilitó a Rena, quien se fue por la derecha, llegó hasta el fondo y tocó al centro. Lucero no llegó a tocarla, pero por detrás de todos apareció el volante central y sacó un balinazo que quebró la resistencia de Mulieri.
El ex Juventud tampoco cantó su tanto, pero se acercó hasta los hinchas villamarienses para hacerles saber que su tanto significaba mucho para el equipo.
Al mismo tiempo, ese gol dejaba una marcada preocupación en el local, que salió a quemar las naves en el segundo tiempo, cuando la lluvia y el viento eran más intensos.
A los 3’ de ese período llegó el descuento de Juventud por un penal polémico que cobró el mendocino Alejandro Arco, ante una supuesta mano de Medina.
El santiagueño José Yocca se encargó de ejecutar la pena máxima, no falló, pero tampoco exteriorizó felicidad por haberle marcado a su ex equipo.
@Resistencia
A partir del descuento, Juventud se abalanzó sobre Alumni con mucha voluntad y empuje de su público, pero las ganas no pudieron disimular la falta de inteligencia.
Con dos líneas de cuatro y garra para meter en todos los sectores, el equipo de Magistretti se bancó lo que vino, más allá que el técnico local, Gerardo Quiroga, metió a jugadores veloces para desequilibrar por las puntas.
El caso es que Alumni tuvo tranquilidad para sostener el resultado, basándose en la gran noche para despejar de Figueroa (le ganó el duelo personal a Matías Quiroga) y la marcación sin fisuras del resto de la defensa, sin descuidar el trabajo de recuperación del mediocampo.
Sólo un cabezazo de Martín Uranga llegó hasta la humanidad de Chiarini. El resto del ataque puntano murió en centros sin destino y nerviosismo puro.
Así, Alumni esperó con esfuerzo hasta que Arco pitara el final. Y con el cierre del partido, llegó la felicidad y el desahogo. Era la forma de tomarse una revancha después de tantas pálidas.
@El árbitro
El mendocino Alejandro Arco cobró un penal discutible y se mostró localista. Abusó de las amarillas en el primer tiempo y anduvo errático. En el complemento, llevó al local hacia el arco de Chiarini.
@La figura
Como en tantos partidos, José Figueroa fue una muralla en el fondo fortinero. Sacó de órbita al delantero Matías Quiroga, quien llegaba como goleador del campeonato. También se destacó Fernando José, impasable por su sector. En el medio, Ariel Quiroga mostró su jerarquía.
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