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El fiscal Del Vö (de frente) da indicaciones; a sus pies, el cuerpo seccionado de Tahlmann. En las otras fotos, el funcionario judicial y efectivos policiales realizan las pericias de rigor en el lugar del hecho |
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Un hombre de 53 años, que supo ganarse la vida trabajando como mozo en varias confiterías de Villa María, se quitó la vida ayer por la tarde, arrojándose al paso de un tren de carga que cruzaba el centro de la ciudad por la vía principal del ex Ferrocarril Mitre.
Se trata de Juan Carlos Tahlmann, quien murió en forma instantánea cuando las ruedas de uno de los vagones del convoy le seccionaron la cabeza a la altura del cuello, de modo tal que el cuerpo quedó tendido a un costado del riel norte (el más cercano a la avenida Yrigoyen) y la cabeza entre los durmientes internos.
El trágico episodio se produjo alrededor de las 18.30, detrás de la Medioteca municipal, más precisamente frente a la bomba de agua ferroviaria y a unos 50 metros del subnivel.
Según pudo saberse de manera extraoficial, Tahlmann padecía una severa diabetes (estaba medicado con insulina) y atravesaba serios problemas económicos, circunstancias que lo habrían llevado a tomar tan drástica determinación.
El cadáver de Tahlmann fue encontrado circunstancialmente por dos personas que cruzaban las vías por un sendero peatonal que comunica las avenidas Yrigoyen y Sabattini, pasando por la Medioteca.
Tras el macabro hallazgo, los transeúntes anoticiaron del hecho a un empleado del centro cultural allí ubicado, quien de inmediato dio aviso a la Policía y los Bomberos. Ante el llamado de emergencia, una dotación con dos servidores públicos y un médico salió del Cuartel de calle General Paz a las 18.40 y arribó conjuntamente con una comisión policial.
Fueron los efectivos de la Unidad Departamental General San Martín quienes informaron del suceso al fiscal de Feria, Daniel Del Vö, quien se hizo presente apenas pasadas las 19, como así también personal de la empresa Nuevo Central Argentino (NCA) que tiene la concesión del ramal ferroviario.
Cabe señalar que el tren bajo el cual Tahlmann se quitó la vida se dirigía a la localidad de General Deheza.
Tras las pericias de rigor (toma de fotografías, registro de mediciones y la confección del croquis correspondiente), el funcionario judicial ordenó el levantamiento del cadáver para ser entregado a sus familiares, a los efectos del velatorio y posterior sepultura.
Entre los objetos que el suicida llevaba entre sus ropas, la Policía secuestró documentos personales que permitieron su rápida identificación, como así también un par de medicamentos para la diabetes y la tensión.
Mozo conocido
Juan Carlos Tahlmann había nacido el 29 de abril de 1958 y estaba domiciliado en calle Darío Ramonda 2250 (arteria antiguamente llamada Benjamín Gargiullo), en barrio San Martín, a media cuadra de la ex ruta de tránsito pesado y a poco más de 100 metros del Hospital Regional Pasteur.
Se lo conoció en el ambiente gastronómico villamariense porque trabajó como mozo en bares y confiterías de la ciudad, rubro en el que también se desempeñaron su padre y su hermano Luis, este último fallecido trágicamente hace unos ocho años al dispararse en forma accidental una escopeta cuando había salido a cazar con un amigo.
La familia Tahlmann se hizo conocida cuando padre e hijos explotaban comercialmente el bar y comedor del Club Sarmiento, a mediados de los ‘90, cuando ocupaba el salón en el que actualmente está emplazado el Banco Hipotecario.
Hasta hace unos meses, Juan Carlos desempeñó su última labor gastronómica en la confitería “Villa Lomo”, ubicada sobre la primera cuadra de calle General Paz, en el ingreso a la galería que está frente a la plaza Centenario.
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