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“A los niños los afecta en la medida en que no exista una política de salud que prevea toda la atención |
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Distintas miradas convergen en un mismo objetivo: desnaturalizar y ahondar sobre el origen de la violencia instalada en la sociedad. Desde una perspectiva de la vulnerabilidad, quizás puedan encontrarse algunos argumentos para abordarla.
Juan Carlos Domínguez Lostaló se desempeña como psicólogo forense, psicopatólogo y representante argentino del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD). En octubre de 2011, arribó desde la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) a la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) para integrar un tribunal evaluador que designó a los futuros responsables de la cátedra Psicología Criminológica, dictada en el marco de la Licenciatura en Seguridad.
Domínguez Lostaló identifica en la fragilidad del sujeto el origen de acciones que impactan fuertemente en el plano social. Para evitar conductas violentas, propone trabajar desde la “Clínica de la Vulnerabilidad”, un modelo de atención interdisciplinario que recurre a estrategias alternativas a las técnicas de control punitivo - represivas, para restituir derechos que fueron avasallados y reconstruir redes vinculares.
Sin lugar a dudas, su participación en proyectos de atención - contención integral de niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad psicosocial se constituyó como eje del diálogo que mantuvo con la Secretaría de Comunicación Institucional de la casa de altos estudios.
- ¿Cómo define la vulnerabilidad social - psicosocial y cuáles son los factores que contribuyen a su desarrollo y permanencia?
- “Todos somos vulnerables desde el nacimiento; es un elemento fundamental porque corresponde a toda la especie humana. Desde que nacemos necesitamos convivir con un grupo humano para poder desarrollarnos, todas las investigaciones lo han marcado; es así que se detectan muchas muertes en los primeros años de vida cuando no se logran instalar los ritmos vitales o cuando no se logra un tratamiento de la persona, basado en caricias o en relaciones con otras personas.
La grupalidad es básica. Toda persona nace de un grupo humano, no como individuo y, en realidad, nunca llega a ser individuo fuera de la condición social que marcan los grupos humanos.
En este sentido, hacemos hincapié en la importancia que tienen las políticas materno-infantiles y de protección de los derechos de las madres para poder disminuir y reducir la vulnerabilidad psicosocial.
La vulnerabilidad va tomando progresivas diferenciaciones de acuerdo a las condiciones de vida en la cual se desarrolla un niño, por ejemplo, si empieza a perder las condiciones de ser sostenido y contenido por su grupo de crianza, la persona empieza a perder posibilidades de adquisición que quedan frustradas. Allí empieza la susceptibilidad a ser dañado o herido; por eso decimos que nunca nadie llega a ser peligroso si antes no fue vulnerable.”
- ¿Cómo revertir esta situación?
- “Para nosotros el elemento fundante en la recuperación de cualquier persona es justamente esa grupalidad que uno puede generar para disminuir, por los menos, esas condiciones de fragilidad en la que una persona se ha desarrollado. Empezamos con los estudios en los sistemas penales y de privación de la libertad por razones psiquiátricas. Una vez que se pasa por esos lugares, todas las historias de vida de las personas muestran irreductiblemente una vulnerabilidad psicosocial de base.
Para esta problemática, el trabajo se aborda a través de dinámicas grupales que apuntan a reivindicar el derecho a la palabra, a la escucha, al disentir y al discernir. Estos elementos tienen que estar en cualquier institución, aunque ella tenga cierto grado de privación de la libertad. Cuando eso no está, lo que construimos es una subjetividad de sumisión, que la persona se calle la boca, que no hable. El silencio no es salud, es enfermedad. El no poder drenar a través de la palabra lleva a lo que generalmente se llaman actuaciones o formas que pueden resultar en algún momento agresivas.”
- ¿De qué manera afectan estos procesos a los niños y a los jóvenes?
- “A los niños los afecta en la medida en que no exista una política de salud que prevea toda la atención materna infantil. Si bien hay varias medidas en ese ámbito considero que aún se requiere de una acción cultural intensa para que todos comprendamos que no son favores que hace un Estado, sino que es un deber general de toda la población. El descuido en los primeros años de vida puede ser fatal y se va agravando en forma progresiva, cuando las condiciones socio-comunitarias se tornan más deficitarias. Puede suceder entonces que muchas personas queden libradas, como en la década de los ‘90, a condiciones de vida de extrema inseguridad y éste es un término clave para analizar. Enfermedad viene de ‘infirme’, o sea de la persona que no esta firme. Decimos que está enfermo el que no está firme, es decir el que se siente mal expresándose con su cuerpo o en aspectos psicológicos, sin posibilidad de llegar a cubrir sus necesidades. Si consideramos que la persona está curada cuando puede cuidarse a sí misma, vemos entonces que la vulnerabilidad surge de aquellas situaciones donde uno no puede llegar a cuidarse a sí mismo.”
Fuente: UNVM
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