El árbitro internacional Federico Beligoy jerarquizó el domingo la tercera y definitiva final en Plaza Ocampo.
Juez de importantísimos duelos futbolísticos en el plano nacional y en encuentros internacionales (por ejemplo, dirigió en mayo pasado el partido amistoso entre Argentina 4 - Paraguay 2, en Chaco), Beligoy se dirigió con humildad ante la requisitoria de EL DIARIO.
Su primera expresión es haberse quedado “impresionado” con la cariñosamente llamada Placita.
“Honestamente me quedé impresionado apenas entré porque no me imaginaba un estadio tan lindo”, señaló, observando cada uno de los rincones.
Antes de la gran final, manifestó que “se que éste es un partido muy importante en el que hay mucho en juego para los dos equipos y por lo que me dijeron mis compañeros de hoy, ambos conjuntos juegan muy bien al fútbol y sé que hoy van a dejar todo en la cancha para conseguir el título”.
“Antes del partido -confesó- no le digo nada en especial a los protagonistas, más que el saludo y desearles suerte. Todo lo que tenga que decir con respecto al juego lo hago una vez comenzado el encuentro.”
Beligoy dirigió con autoridad y ese motivo fue suficiente para que recibiera el respeto de los jugadores durante los 90 minutos.
Estuvo atento en cada jugada, desplegó su experiencia de canchas grandes y de público multitudinario y no dudó en cobrar el penal a favor de la Universidad.
Ayudó a los protagonistas a que el partido tuviera ritmo y con calidad trató de desbaratar cada intento de demoras. En definitiva, el árbitro estuvo acorde con un espectáculo tan importante.