Escribe: Héctor Cavagliato
Resulta muy grato analizar el desarrollo deportivo del año que pasó cuando los resultados ponen en evidencia un saldo altamente positivo: la consolidación de una camada de jóvenes figuras surgidas de las entrañas propias del Villa María Golf Club, como se advierte también en otras instituciones donde hace tiempo vienen empujando valores promisorios con sólidas condiciones.
Es cierto que no todos pueden seguir su proyección por razones casi comunes: la prioridad por los estudios y, en algunos casos, por desmotivaciones o pérdida de entusiasmo no siempre advertidas a tiempo por las familias y los dirigentes.
Aquí es cuando debiera ponerse mucha atención para evitar que se malogren verdaderos talentos y, lo que es peor, no siempre remplazados por actividades deportivo-culturales que no marginen a los protagonistas de una sana actividad lúdica y competitiva.
Así es como se observa que los registros de jugadores fluctúa con demasiadas bajas, extensivas también a los mayores. En esto no es ajeno, tampoco, el factor económico que no siempre es viable sobrellevar frente a los incrementos del costo que significa ser un activo jugador y, lo que es más notorio, cuando se trata de grupos familiares que incursionan en la práctica activa.
¿Qué tal si se dispusiera en cada club un seguimiento de relaciones humanas y psicológicas que contemple las situaciones que se planteen y estimulen sus posibles soluciones?
Exitosos torneos
Evidentemente que la sucesión de importantes torneos con calificados sponsors a lo largo del año configuró grillas numerosas de participantes con varias veces superado el centenar. Pero, convengamos, ello se ha visto potenciado por la decidida convocatoria de jugadores de otros clubes que vienen concurren a disputar los certámenes. Significa, entonces, observar una luz amarilla que advierte a la vez la pérdida de valores propios a la hora de participar. ¿Lo tendrán presente los dirigentes de los respectivos clubes?
La democracia ante todo
Con todo, en el ámbito local del club con sede villanovense hay un superávit global potenciado por las valiosas obras de infraestructura ejecutadas y proyectadas y el sano ejercicio democrático de lograr candidatos para dos listas para que los socios pudieran optar quiénes serían sus conductores por un período más. Lejos de significar una división debe servir para buscar el consenso en la acción y lo mejor para el bien común de la entidad: corrigiendo errores y admitir con humildad que no siempre todos piensan igual.
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