Las lluvias generalmente son deseadas, y su llegada vista como una verdadera bendición divina, más aún en épocas como la actual en la que el intenso calor y la sequía se apoderaron de la región.
Sin embargo, este deseo o sentimiento hacia las precipitaciones no se da en todo los casos por igual, muchos vecinos deben soportar situaciones "extras" y un tanto desagradables también.
Una vecina de barrio Las Acacias se acercó hasta la Redacción de EL DIARIO, para denunciar que cada vez que llueve, aunque el milimetraje registrado sea mínimo, debe tolerar que la esquina de la vivienda en la cual habita se le inunde y le impida directamente el paso.
Por otra parte, la residente de dicho sector de la ciudad recalcó que el agua queda estancada por varios días en la intersección de calles Los Abedules y Los Ceibales, a causa de que "no corre" y que las alcantarillas permanecen continuamente tapadas.
Por otra parte, la mujer planteó sus quejas porque “en reiteradas ocasiones reclamó a la Municipalidad y desde allí le contestaron que ya harán el cordón cuneta en el lugar, algo que aún no han hecho”.
Eso sí, mientras ella debe abonar todos los meses, y no cada dos como sucedía antes, la Tasa Municipal de Servicios a la Propiedad.

Postes caídos

Otras de las complicaciones que se derivan en las horas posteriores a una tormenta, junto a las inundaciones, abnegaciones, etcétera, son las roturas de cables de alta tensión y la caída de postes.
Son daños que se producen con frecuencia cuando la lluvia y el viento se conjugan en un determinado tiempo y lugar. Difícil es evitar que ocurran pero la gente espera soluciones rápidas para evitar problemas de mayor gravedad.
Ayer, a la hora de la siesta, los residentes en bulevar Italia y Jujuy estuvieron en vilo observando un poste telefónico que se encuentra inclinado peligrosamente desde hace más de tres semanas.
Igualmente, no es el único que se encuentra en esta condición. Otro poste de telefonía, ubicado en ruta 158 a la altura del Hipódromo y sobre la ciclovía, sufrió las mismas consecuencias en una tormenta pasada y hace varios días que espera ser enderezado.

Poco voltaje en el Santa Ana

En épocas estivales el calor se apodera de la ciudad y uno, de no ir a disfrutar del sol y el agua en el río o en la pileta, prefiere permanecer el mayor tiempo posible dentro del hogar, con el aire acondicionado o ventilador encendido, o más bien con la heladera enfriando nuestra bebida preferida.
Sin embargo, muchas veces ocurre lo menos deseado y estos electrodomésticos, casi vitales en estos meses del año, dejan de funcionar a causa del poco voltaje que incluso muchas veces llega a "quemar" a dichos dispositivos eléctricos.
Un vecino de barrio Santa Ana, el lunes a la siesta decidió acercarse con un medidor hasta el transformador más cercano y se sorprendió al ver que este marcaba un voltaje de 48,8 voltios cuando en realidad la marca ideal debería ser 220.
Por suerte, para los vecinos de dicho barrio, horas después una cuadrilla de EPEC trabajó en el sector y remplazó definitivamente el equipo ubicado en la esquina de Madrid y República de Israel para que todo vuelva a funcionar con normalidad.