Un estado regular presentaban ayer las cuatro plazas céntricas de la ciudad.
En parte, porque a 12 horas de la tormenta del martes aún no se habían barrido las veredas ni retirado las ramas caídas, pero también porque los materiales ya están dando señales de longevidad muy claras.
En especial, se nota en las veredas de la plaza Centenario y de la Independencia, en esta última sobre todo en calle Entre Ríos.
La plaza Pedro Viñas, la más joven del cuarteto, se mantiene en mejores condiciones.
Por su parte, la plaza San Martín, situada frente a la Catedral Santuario, adolece desde hace años de un buen mantenimiento de su fuente, la cual es frecuente receptorio de aguas estancadas. También se nota la rotura de la impermeabilización en la parte superior de la fuente.
En la Centenario, las veredas -se notó ayer- no permiten evacuar fácilmente el agua de lluvias y hay mosaicos rotos. También se advierten bancos sin pintar.
El césped, pese a la sequía, está bastante verde, aunque se advierten pocas flores.
En la Independencia se observa un paisaje bastante ralo de vegetación, producto de varias tormentas en los últimos 15 años, que han devastado la arboleda.
Como dato positivo, la réplica de la Pirámide de Mayo, reacondicionada para el Bicentenario de la Revolución de 1810, luce en prolijas condiciones. No ocurre lo mismo en el centro del paseo con el Monumento a Bernardino Rivadavia, cuya cabeza está chorreada y cuyo pedestal, que data de 1928, está muy cuarteado.
En la San Martín, además, algunos desaprensivos arrojan bolsas de basura a las veredas.
El panorama, en general, podría estar más acorde con el eslogan que dice “Villa María, ciudad turística”.

LAS FOTOS:
1- La orgullosa Centenario brinda algunas tristes imágenes
2- La Independencia y su “eterno” problema de las veredas rotas
3- La San Martín y la fuente con aguas estancadas
4- La Pedro Viñas se ve en buenas condiciones