Señor director
En la nota publicada "Piden control de perros en la calle", publicada en la edición de EL DIARIO del 13 del corriente, el lector Gustavo A. González DNI 11257801, pide "enérgicamente" que el municipio encare acciones para solucionar el problema de los animales que pululan por las calles de la Villa.
Más allá de saber que el municipio sí encara algunas acciones como lo es el levantar perros y llevarlos al controvertido albergue municipal -no confundir con el de la "Protectora" sito en Intendente Poretti- se podría estar de acuerdo con la solicitud hecha por González sobre la necesidad de que los dueños de canes cumplan con las ordenanzas municipales: llevarlos a pasear con su correspondiente correa, especialmente cuando se trata de razas belicosas como los rottwailers y pitbulls, quienes también deberían andar con bozal.
A esto yo agregaría que sus amos también salgan munidos de guantes y palitas para levantar las heces que, quienes salimos a caminar en las inmediaciones del balneario, debemos andar esquivando para no pisarlas.
Con lo que debemos discrepar totalmente es con su apreciación que los callejeros "son mostrados o asumidos como víctimas y me niego a considerarlos como tales".
Es su derecho negarse a lo que le parezca, pero a mí lo que me parece es que esa afirmación carece de toda lógica.
Por supuesto que son víctimas porque ¿cómo aparecieron en la calle?
Porque algún ser humano los abandonó allí o porque abandonó a sus madres y éstas, sin el debido control, comenzaron a reproducirse, por las buenas o por las malas (todos hemos sido testigos alguna vez del sufrimiento de la hembra acosadas por numerosos machos).
Por suerte este lector admite que "el antiguo método de la perrera municipal no estaba desprovisto de situaciones desagradables (sic)".
Cuesta creer que en este tiempo y época alguien todavía siguiera el horror de la perrera y de cómo eran sacrificados los animales como método de control del número de animales callejeros, y que tampoco daba ningún resultado.
Este señor, o no se ha enterado de todo lo que los perros hacen por el hombre -lazarillos para no videntes, detectores de cáncer, pastores, terapia para enfermos terminales y para niños que sufren de autismo u otras patologías, sujetos de laboratorio, etcétera- o directamente no le importa.
Termina el lector con una nota amenazante para el municipio: va a tener en cuenta la fecha de publicación de la nota y también del funcionario a quien le competa actuar -o si no, ¿qué?
No se sabe, pero dicho funcionario se va a encontrar en una encrucijada porque si no hace lo que González le ordena algo le va a pasar y si lo hace y saca la perrera u otro método cruento, creo que se va a encontrar con muchos ciudadanos villamarienses que no van a ver con buenos ojos la vuelta del método nazista de lidiar con el problema y algo haremos. ¿Qué?
Tampoco se sabe pero es seguro que no nos quedaremos de brazos cruzados, a pesar de que González no esté "dispuesto a soportar" que no se le preste la obediencia debida.
María Teresa Magi
DNI 6351518
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