El líder del Partido Villamariense y ex secretario de Ambiente de la provincia de Córdoba, Raúl Costa, subrayó ayer que “el despido de alrededor de cincuenta contratados” de la Municipalidad de Villa María “es una crónica anunciada, un final anunciado”.
De esta manera, el ex candidato a intendente se metió en la controversia generada en la primera semana de enero, cuando el Gobierno local dejó sin trabajo a numerosos trabajadores. El oficialismo sostuvo, luego de varios días de silencio, que “sólo” una veintena de personas dejaron de estar contratadas por la comuna, pero todas las versiones al menos duplican esa cifra. El sindicato que nuclea a los trabajadores, por su lado, se llamó a un sugerente silencio mientras que el jefe del Ejecutivo, Eduardo Accastello, se halla de licencia por vacaciones.
Costa remarcó que “la precarización” laboral es “ilegal, injustificada” y genera “una relación de dependencia y arbitrariedad manifiesta”.
“Hoy por razones económicas o políticas se decide despedir a cincuenta personas, cuando nosotros en la campaña hablábamos de pase de los contratados a planta permanente”, recordó el dirigente.
Sostuvo que a los trabajadores “se los ve castigados por un despido” y habló de “alguna intencionalidad política”. “No tenemos el detalle final, pero hablamos de alrededor de cincuenta”, dijo luego.
Costa apuntó que los ediles de su partido, Georgina Echegaray y Darío Capitani, presentaron un pedido de informes sobre este tema “pero todavía no ha sido contestado”.
El ex funcionario del Gobierno provincial manifestó que “podría hacer muchos lecturas pero prefiero ser cauto y prudente” aunque arriesgó que “las razones no deben ser económicas”.
La edil Echegaray indicó que “hay personas despedidas que trabajaban hace doce años” en el ámbito municipal “por lo que sin dudas existía una relación de dependencia”.
También, los dirigentes advirtieron que en el Gobierno se observan “caras nuevas”: “Por un lado se advierte un achique de personal y por otro lado, hay nuevos trabajadores”, recalcaron.