Escribe

Héctor Cavagliato
golfuniversal@arnetbiz.com.ar

Iniciamos la prometida serie semanal de entrevistas a calificados exponentes del golf. Priorizamos a los locales porque son, precisamente, de los nuestros, de aquí, que “viven a la vuelta de casa” y son ejemplos para imitar, verdaderos modelos para armar historias dignas de ser conocidas.
Lo hacemos con el incomparable, interminable, talentoso deportista y excelente ser humano que todos conocemos por el “Beto” Debiaggi, aunque pocos saben que su primer nombre es Arnoldo y el segundo es Alberto.
Nació en Bell Ville el 26 de setiembre de 1941. Fue el menor de los cinco hijos de un matrimonio compuesto por Augusto y Pura Casas que vivieron muchos años en Ballesteros. Al cabo de un tiempo, cuando el Beto tenía 4 años, recalaron en el campo del Villa María Golf Club donde vivieron en una casa precaria y papá Debiaggi era el capataz, el que manejaba la cancha y era el bufetero.
Ahí empezó el romance entre el Beto y los palos con los que llegó a hacer maravillas y constituirse en el máximo campeón del club con 12 títulos, igual que el ya fallecido Oscar Crespi, un técnico químico de la Fábrica Militar a quien Debiaggi considera el mejor de todos los tiempos, que llegó a 4 de handicap.
“No pierdo las esperanzas de poder desempatar los 12 títulos”, nos expresa confiado quien llegó a ser 2 de handicap y hoy recibe 8 golpes de ventaja.
Repartió sus tiempos de deportista con el fútbol en el club Alem hasta los 17 años y también incursionó dos años en el tenis del Sport hasta que se preguntó: “¿Qué hago aquí yo si mi deporte favorito es el golf?”
Cursó sus estudios primarios en la escuela Mitre de Villa Nueva y secundarios en el entonces Colegio Nacional.
Llegó a ser gerente de sucursal del Banco de Córdoba y estuvo vinculado con actividades comerciales que hoy continúa en el negocio de vidriería iniciado por su hermano Enzo.
Se casó con la docente Lilian Benvenutto con quien tuvo cuatro hijos: Germán, Diego, Enzo y María Laura y hoy, a los 70 años, es feliz abuelo de siete nietos.

Ping pong

- ¿Otros jugadores locales actuales valiosos?
“Mi hermano Enzo, un exquisito.” (Y se corta la respuesta con inevitables lágrimas).
“Luego ubicó a Santiago Bianco, Fernando Suárez, Nicolás Zanettini, Federico Montagner, Manuel Benito...y de los internacionales, el máximo de todos los tiempos, Roberto De Vicenzo, el “Gato” Romero, Tiger Woods, Rory MacEnroy. Hoy hay muchos muy buenos.”
- ¿Qué es el golf para vos?
“Es todo. Me atrapó y ayudó a formar mi personalidad. Te da poder y equilibrio mental, espíritu positivo y fortaleza física. Por sobre todo, genera fuertes lazos de amistad.”
- ¿El torneo más recordado?
“Sin dudas, cuando le empaté con uno menos “gross” con 70 a De Vicenzo aquel 20 de junio en nuestra cancha y le gané con handicap por 5 golpes.”
- ¿Un consejo para los jóvenes?
“Que cultiven la lealtad y la honestidad en el deporte, que practiquen mucho, que sean constantes, perseverantes, que tomen clases, hacer vida sana y conservar siempre la humildad. Nunca se termina de aprender. Que no olviden que es un juego y no la guerra. Que se puede ser un caballero sin jugar al golf, pero no un golfista sin ser un caballero”... (también aplicable a las damas, obviamente).
- ¿Qué es la cancha para vos?
“Es una adversaria muy difícil que en cualquier momento te humilla y te mata. Ahora yo la trato como una amiga a la que respeto mucho y disfruto de su paisaje.”
Hasta aquí la charla distendida con el “maestro”. Temas como el golf, la vida, la amistad, son inagotables y podríamos llenar ediciones enteras. Esperamos poder seguir disfrutando de sus enseñanzas, su gentileza y caballerosidad por mucho tiempo. El golf se lo agradece.