Para los sensibles a la geografía urbana villamariense les habrá sido sencillo descubrir que, uno de los personajes de las calles de la ciudad más conocido de los últimos años, ya no estaba más en su lugar de siempre, la plazoleta “Ramiro Suárez” en la esquina de Carlos Pellegrini y Mendoza.
Mario César Cabrera o "Campera", merced a la intervención de un grupo de personas, representantes ellos de la Municipalidad de Villa María y la delegación local de la Cruz Roja, se encuentra internado desde el 12 de enero en el Hospital Emilio Vidal Abal de Oliva.
Según pudo conocer este medio, facultativos que se desempeñan en el psiquiátrico, constataron que Cabrera sufre un severo brote psicótico.
La patología psiquiátrica del hombre de 44 años, motivaron su internación en un pabellón de máxima seguridad del Hospital y luego su traslado al espacio conocido como "Villa de crisis", donde actualmente se encontraría.

Informe y orden judicial

"La situación de este señor debía ser solucionada. No podía ser que se mantuviera en esas condiciones, así que junto a integrantes del Consejo Municipal de la Salud, la Subsecretaría de Desarrollo Social y el Ejecutivo Municipal, se elaboró un informe que fue entregado a la asesora letrada María Cristina Rivera de Cerutti que libró la orden judicial para el traslado a Oliva", precisó el titular de la Cruz Roja Villa María, Daniel Loyola.
En el informe configurado por el equipo que abordó el caso, se recordó que desde 2007 se venían realizando intentos de acercamiento con "Campera" que, reacio a los contactos, evitó los intentos de los profesionales que querían realizarle entrevistas u otras requisitorias profesionales.
Tiempo después, en agosto de 2011, nuevamente se retomaron las acciones de acercamiento que marcarían el destino actual del indigente.
En el documento entregado a la jueza (al que tuvo acceso EL DIARIO), los firmantes indican que "al presente se determina que el señor Mario Cabrera continúa siendo un paciente que no colabora ni responde al abordaje profesional".
"Se realiza anamnesia indirecta (reunión de datos subjetivos, relativos a un paciente, que comprenden antecedentes familiares y personales, signos y síntomas que experimenta en su enfermedad que se usan para analizar su situación clínica), de lo que se infiere que las conductas evidenciadas por su persona, tales como masturbación en la vía pública, defecación en el lugar, falta de hábitos de higiene, manifiestan que se trata de un sujeto con un juicio crítico completamente desviado", subraya el documento.
"Debido a que el señor Cabrera es un paciente que no es capaz de autocuidarse, que no se reconocen vínculos familiares de apoyo social para su contención, y sus conductas interfieren en la vida cotidiana de los vecinos del lugar, se sugiere la internación del mismo en institución de salud mental para su tratamiento y garantizar así su derecho a recibir atención sanitaria y social integral y humanizada, asegurando la recuperación y preservación de su salud", conluye el informe.
En conocimiento de la situación, la titular de la Asesoría Letrada determinó finalmente la movida que incluyó el viaje de Cabrera (que no presentó ningún tipo de resistencia) hacia el Vidal Abal a bordo de un móvil de la Policía provincial.
"La expectativa ahora es que Mario responda bien al tratamiento terapéutico que han determinado para él. Cuando le den el alta y regrese a la ciudad a proseguir su recuperación, tengo entendido que existe la posibilidad de que sea alojado en el Hogar de Ancianos", expresó Loyola.