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Jorge Rojas fue la figura estelar de la noche del jueves, en la séptima luna coscoína. Aplausos y ovación por parte de la platea femenina |
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Escribe: Juan José Coronell
Ya pasó el Boca-River, pero la gente se amontona como si fuese a entrar a una cancha. Las calles tienen más caudal que el normal y pasar, a veces, resulta imposible.
Los vendedores de sombreros salvaron la semana y la plaza muestra que pocas noches tuvo tanta gente. Todo esto se resume a dos palabras: Jorge Rojas.
Presentado especialmente por un coterráneo, José Escobar, no era alguien más arriba del escenario. Era ése que hacía pensar que “estaba El Chúcaro” pero no, era el que hace que “Cuando Salta canta todo el país es un pañuelo”.
Los fuegos parecían explotar por él y las luces, mucha más luz en su carrera, que se sabe dónde empezó pero nadie sabe cuál es su techo.
“Qué lindo que es... Aunque a mí me gustaba más el pelo largo”, “no le hacía la cara más redondita”, eran algunas de las frases que se escuchaban de las mujeres alrededor. Ellas ahí disfrutaban de su día, porque hasta se puede decir que se adelantó el 8 de marzo para muchas mujeres, que eran la mayoría en la plaza Próspero Molina de Cosquín.
Y ahí subió él, Jorge Rojas que arrancó con “Murallas” para luego tener un repertorio que se extendió por casi dos horas.
“Para cantar he nacido” -como si hubiese que preguntar por qué- y “Uno mismo” comenzaron la noche a puro Rojas. Jorge le hablaría a la gente para darle la bienvenida y para confirmar que “como siempre es un honor estar en Cosquín, para este cantor y para todos estos músicos”. “La Vida”, “A dónde va el amor”, “Sin memoria”. La puesta en escena hacía todo más impactante, como sus bailarines y el juego de luces que impactaban y daban más condimento a su función.
También bailó junto a sus hermanos Lucio y Alfredo. Ya al final, “Lágrimas negras”, “Desde que no estás aquí”, “Canción del adiós”, se escuchaban ante un público que veía a las butacas como decorado y se mantenía de pie ovacionando a más no poder.
Mucho más
Ese comienzo fue sólo parte de la noche del jueves. Noche que siguió con Leonardo Miranda, para que luego tomaran la posta los que habían subido al escenario mayor y habían cantado el Himno oficial. Los Guitarreros volvieron para poner a la gente de pie y que bailara. Los fuegos de artificio completaban una fiesta pasada la medianoche y se escuchaban temas de cumbia para asegurar que los Revelación de hace dos años siguen sorprendiendo.
Por el mismo camino continuaría Amboé, con sus “Sobredosis de chamamé”, historia viva del folclore como Cuti y Roberto Carabajal y la invitación a los Carabajal que faltaban, Orellana-Luca, Pocho Sosa, Lucas Segovia y Alazanes, entre varios más como María Eugenia Fernández, la chiquita que acompañó desde bien pequeña a Mercedes Sosa y que está abriéndose camino sola y antes de la transmisión con Los Soñadores que cosecharon los aplausos de una plaza que se llenaba de a poco.
“La Sole”
Una de las sorpresas fue “La Sole”, hizo que toda la plaza jurara de frente a la celeste y blanca. Aurora fue la canción que tuvo a Soledad en el centro del escenario y en la memoria a los días fríos de la primaria. El frío también fue protagonista junto a Juan Iñaki, que presentó “Cosquín en la piel”, el tema ganador en el Pre Cosquín en la categoría Canción Inédita. El frío siguió, no así toda la gente que ya había vivido el calor de Rojas, pero al principio y más allá de los ponchos, se retiraba para juntar energías para la siguiente noche.
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