@ Décima luna: cordobesa y fiestera


"Este Cosquín cincuentón hubiese sido mejor con la presencia de..." y ahí se podría enumerar a los artistas que se fueron y que ya no están con el resto de los mortales.
Esos que han dejado una huella y viven en la memoria que es el mejor lugar en el que pueden habitar. Los que hicieron que este festival sea una fiesta. Y nos referimos al pueblo, la música, la mística, las raíces, las emociones, la pasión, el baile y mucho, muchísimo folclore. El mismo que vio cómo Los Carabajal subían al Escenario Mayor para brindar un homenaje sentido a grandes de la música popular. “Para un alma que se eleva”, “Como pájaros en el aire”, “Violín del monte”, para luego invitar a Facundo Toro y cantar “Cuando tenga la tierra” de su padre, Daniel, y a Gustavo Patiño para hacer “Morena esperanza”. Al final la “Identidad santiagueña”, “Dejame que me vaya” chacarerearon para que no se dudara de quiénes estaban al frente.
La que continuó en aplausos recogidos fue Claudia Pirán. La sanjuanina sintió el abrazo de la plaza y más cuando cantó con el coro de señas del Centro Cultural Enrique Brizio, para que sonara “Con los ojos del alma”, luego de haber deslumbrado con esa voz en “Cuando llegue el alba” y “La angustiosa” junto a un ballet con niños con capacidades diferentes. La emoción final llegó con el "Ave María" y la luna y las luces iluminando a la imagen de la Señora del Rosario que fiel y firme estuvo los diez días al costado del escenario.

@ El "Cordobazo"

Si de emociones se trata, uno de los momentos más impactantes e intensos se vivió con la Delegación de Córdoba que en veinte minutos y con imágenes y vídeos de la gesta de la capital provincial, pusieron la piel de gallo a más de uno. "Cordobazo..." tuvo la atención y la aceptación de la gente.
Coreografías perfectas, dramatizaciones a la medida y un acto de justicia para recordar a Agustín Tosco mientras el actor que lo personalizó tomaba una Bandera argentina con todas sus fuerzas. Ahí los fuegos explotaban para iluminar a aquel que se mantiene en el fuego de la memoria.
Alfredo “El Gordo” Abalos, permitió que la memoria dejara de lado el partido de Boca y River para que se supiera el resultado final y se pusiera a disposición de alguien que enseña a hacer folclore.
Fue la noche de los premios donde Alma de Luna fue la Consagración y Milena Salamanca la Revelación. Juan Carlos Baglietto-Lito Vitale con un show deslumbrante y para el espectáculo "Por siempre Tucu", con Coco Martos y Roberto Pérez, una consagración de la historia. Además, de que Alfredo Abalos y Los Visconti tuvieron su premio Camín el dúo santiagueño Orellana-Luca también tuvieron reconocimiento.
La fiesta también llegó desde el norte. Los Kjarkas desde Bolivia y Los Tekis desde Jujuy llevaron sonrisas a la plaza. Los argentinos, con sus clásicos como “Pensando en ti”, “Imillitay”, “Viva Jujuy” y “Siguiendo la luna” hacían vibrar a la gente que llenaba de serpentinas y espuma al que tenía al lado, que lejos de quejarse se acoplaba a bailar. La presencia de Polo Román en los temas “A los bosques” y “De mi madre” le dieron un toque especial a un show que finalizó bien arriba y con todos bailando hasta en las butacas con “Como has hecho” y “Humahuaqueño”.
@ Los Carabajal: “Podemos dormir con la conciencia tranquila”

Luego de actuar en el escenario y tras hacer homenajes a grandes del folclore como Atahualpa y Daniel Toro, Los Carabajal recibieron a la prensa. Musha Carabajal contestó en referencia a la falta de reconocimiento de los mencionados íconos: “Seguramente, y faltan muchos, no solamente a Daniel, que nos ha enseñado muchas cosas y no sólo del cancionero folclórico. Estos temas para presentar acá los encaramos como una propuesta, no para cantar y nada más. Esperemos que haya llegado esa intención al público que terminó con la euforia de las chacareras. Podemos dormir con la conciencia tranquila de que estuvimos en Cosquín, para que estas cosas crezcan con el tiempo.”
Interrogados por la lengua quichua, los integrantes remarcaron la importancia de tenerla incorporada aunque no sepan mucho hablarla. Consultados sobre si reciben apoyo del Gobierno santiagueño, señalaron: “No, a veces nos contratan para eventos pero nada más. Con respecto a los otros artistas no sabemos si los apoyan pero sabemos que debería ser así.” Su último CD fue tema de indagación sobre todo con el tema "Morena esperanza" de Illapu. "La intención de incluir temas de toda América Latina es para poder llegar a todas partes del continente, porque en definitiva somos uno", precisaron. También son uno en la familia cuando el apellido Carabajal se nombra. Así hablaron de su peña y de lo “fuerte que es estar con Cuti y Roberto en estos diez días”. “Porque no es lo mismo cantar todos nosotros cuando nos juntamos en la casa de la abuela a que venga acá la gente y disfrute.”
@ Tosco en la Próspero Molina
La Delegación de Córdoba fue la última que se presentó en la Próspero Molina y lo hizo con creces. Con danzas y representaciones dieron vida a un militante social y sindical como Agustín Tosco.
Incluyeron a más de 160 bailarines y más de 8 horas diarias de ensayo para una puesta en escena increíble. Pero antes de eso brindaron una conferencia de prensa.
"Con la idea fanática de recuperar la memoria argentina y sobre todo de Córdoba es que pensamos esto", indicó la licenciada Adriana Pérez, quien es la subdirectora de Acción Cultural de la Secretaria de Cultura Provincial. Hugo González, el cantante que reside en España, llegó para el evento, precisó que se trató de "un desafío permanente que demanda inteligencia artística en el escenario para mostrar una historia viva”. El coreógrafo Juan Carlos López resaltó que el Sindicato de Luz y Fuerza aportó una gran colaboración de material, más documentos e imágenes.
"Cada uno entendió que era una experiencia que se vivió de jóvenes y en una historia particular. Un 80% de la gente lo aceptara y un poco nomás va a rechazar", agregaron. Asimismo se manifestaron en contra de “sindicatos corruptos". “Teníamos propuestas sobre hacer algo con el gobernador Bustos, otras más tradicionales pero conversando dijimos por qué no animarnos a algo que no han hecho. Buscamos historia, memoria y artistas importantes. Se conjugaron elementos para dar este resultado.”
@ El balance final
Noches de nostalgia y banderas en lucha:
El calor en las calles se siente. Golpea. El sol pareciera haber acumulado todos los calores y colores de las lunas coscoínas. La gente no se agolpa en las calles, y Cosquín empieza a amanecer con los afiches semi despegados en las puertas de las peñas y los recipientes de locro dentro de la plaza Próspero Molina.
Ella, la plaza, es parte de un paisaje muy lejano a los días anteriores. Casi que se le cae una lágrima, y ya está extrañando a sobremanera.
La otra plaza, la San Martín, ya despidió a los artesanos, o a la gran mayoría. Deja de tener colores, sabores y formas de las más variadas. Deja de ver esas manos virtuosas, esos artistas de la madera, la tela, el vidrio, o simplemente a los vendedores de libros.
En la sala de prensa el sueño abunda, el cansancio pasa factura y los más experimentados en la fiesta del folclore tienen un dejo de tristeza. "¿Qué te pasa?", le pregunto a uno de ellos. “Estoy nostálgico, las despedidas siempre son así”, me comenta. Otros, se permiten bailar al lado del escenario y sacarse fotos. Eso también es folclore, o por lo menos el de Cosquín.
En el recuerdo quedan los grandes momentos de este festival que ya pasó los 50 años y que tuvo otra entrega de lujo. Con el partido de los periodistas y los artistas; con La Mona Jiménez que tuvo su revancha en la plaza Mayor del folclore; donde Raly Barrionuevo juntó a varias glorias; Abel Pintos confirmó su momento de éxito; donde León Gieco puso su sello y donde las delegaciones cumplieron un rol exclusivo.
Cada provincia estuvo representada de la mejor manera y todas tuvieron algo que las diferenció, además de las tonadas. La de Córdoba hizo el cierre de lujo en la última luna.

Folclore comprometido:
El tema de las megaminerías en Famatina fue moneda corriente en el escenario y debajo de él. Y además dentro y fuera de la plaza, como en una de las lunas donde la marcha organizada por organizaciones sociales nucleadas en la Unión de Asambleas Ciudadanas logró un replanteo especial.
Las palabras no estuvieron solamente en las presentaciones de Marcelo Simón, sino que la poesía viva de América tuvo su lugar. Antonio Preciado tuvo la atención de un público que supo portarse de la mejor manera ante la variedad de estilos y músicos y que de no ser por el frío o la lluvia siempre estuvieron.
La lluvia tuvo su protagonismo cuando atrasó la salida del Dúo Coplanacu y cuando logró que las calles de Cosquín se quedaran despobladas. Una de las tantas imágenes de esa calle San Martín que albergó a todo tipo de artista callejero y a los que escuchaban desde afuera con un chori, el locro o el vino.
Ahora las luces se apagan, la puerta principal se cierra. En la Sala de Prensa la llave hace un ruido extraño, cierra la puerta hasta el próximo año. El disfrute y el cansancio se mezclan para dar fe de que se tuvo una enorme y hermosa experiencia. Las ollas de locro no reciben más fuego, los ponchos no se verán más de noche, los vendedores se irán a Villa María, Alta Gracia o algún otro destino.
Los colectivos se llenan de gente que se va a sus casas, como así la ruta. Los abrazos y los deseos de éxito para el 2012 son una constante.
El folclore se escucha de fondo, pero se escucha. Nos acompaña más allá de que pase un año para volver a estar con él. Las despedidas son duras, y llena de nostalgia, le respondería al periodista. Pero son necesarias, para volver.
Juan José Coronell