Era previsible, y el lanzamiento del álbum terminó por corroborarlo. Frank Sinatra había estado trabajando duro para reafirmarse en el trepidante mundo de la canción internacional. Si un paso más le faltaba para su eterna consagración, lo supo dar en el momento más oportuno.
De la mano del director de orquesta, archiconocido, sumamente talentoso, alemán nativo, Bert Kaempfert, "Frankie", volvió a ocupar los sitiales de preferencia de los disímiles mercados musicales. Con la realización de la placa larga duración titulada "Strangers in the night" (Extraños en la noche), Sinatra volvió a ubicarse entre los más elegidos de las principales listas, iniciando paralelamente una serie de discos simples en el top 10.
El LP "Strangers in the night" le otorgó su primer álbum Nº 1 desde 1960 en adelante. Gran parte del disco, arreglado y dirigido por Nelson Riddle, mezcla por igual a un repertorio clásico con otro más moderno y acomodado a los años setenta.
Allí es donde aparece una cálida y nostálgica canción titulada "Summer wind" (Viento de verano), una composición que también logró trepar al Nº 1 de las más escogidas por los consabidos melómanos, ávidos de quedarse con una buena porción de nostalgia. Por su parte, las emisoras de radio no cesaban con la difusión de las principales grabaciones del artista. A todo esto, Sinatra avanzaba experimentando la inclusión de nuevas creaciones y así es como se decidió a interpretar dos melodías del letrista y productor del Reino Unido, Tony Hatch. En el primer caso, grabó "Call me" (Llámame), obra musical que trasunta una melodía fácil de percibir y la inclusión además de otras, con una génesis un poco más desenfadada y volcadas al estereotipo del pop, digamos más convencionales.
Para citar sólo algunas, "On a clear day" (En un día claro), "My baby just cares for me" (Mi nena cuida de mí), son composiciones que tienen una connotación más de tipo personal, seguramente ligadas a diferentes episodios de la vida del famoso "Frankie", también conocido como "La Voz". Los que lo conocían y se mantuvieron profesionalmente cerca del popular cantante, dijeron que una canción en particular era la que más lo contenía y conmovía, la titulada "You’re driving me crazy" (Me estás volviendo loco) una pequeña obra que lo mantuvo exultante desde siempre. Posterior a "Strangers ...", obtuvo otros dos fantásticos éxitos en el término de un año, "That’s life" (Esto es vida) y el dueto con su hija Nancy en "Something´stupid" (Algo estúpido), canción esta última que encabezó el top 100 durante cuatro semanas por aquellos años. Frank Sinatra prosiguió grabando durante tres décadas más, entre 1970 y 1990, y cosechando más logros con sus placas de duetos compartiendo su voz con la de otros cantantes famosos.
En esta entrega, afloran los mejores recuerdos y están ligados a la inquietante experiencia de los fines de semana, caja de pochoclos en mano y una gaseosa para ayudar a digerir lo que consumía. Cómo olvidarme de esa excelente producción del director Mike Nichols, "El graduado", con la participación en los principales roles de Dustin Hoffman, Anne Bancroft (fallecida no hace mucho) y la novel y bonita Catherine Ross. Otros títulos imposibles de omitir e igualmente inolvidables son, "La novicia rebelde" con Julie Andrews, "El planeta de los simios" (la original, por cierto), con Charlton Heston y Elena Bonham Carter, "I como ícaro" con Ives Montand, "Expreso de medianoche" con Brad Davis (basado en un hecho real), y tantas más que por razones obvias, no puedo citar en una sola entrega. El cine, una estupenda experiencia que supera todas las épocas.
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO
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