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En el ‘96, Huracán de Corrientes-River fue suspendido por Castrilli y luego la AFA le descontó un gol al equipo local. |
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Mientras el plantel de Alumni retomaba ayer las prácticas, el doctor Eduardo Rodríguez (h), de la Unidad de Gestión que gobierna el club, redactaba la nota de protesta que finalmente enviará en las próximas horas, al Consejo Federal de la AFA, reclamando los puntos del partido suspendido en Tucumán, ante San Martín, y la anulación del gol que derivó en el 2 a 2.
“Consideramos que ninguno de los médicos que estuvieron en el lugar puede detectar si el jugador puede seguir o no; Aimar tuvo mareos, dolores de cabeza, aturdimiento y ahora se encuentra en reposo por recomendación médica”, dijo en un principio “Tati” Rodríguez.
Efectivamente, Aimar no asistió al entrenamiento de la víspera, cuando el plantel volvió al trabajo, cerca de las 18.30, en el predio del club.
“Si el jugador no puede seguir y el técnico decide no hacer el cambio, se tiene que suspender el partido, de eso no hay dudas”, añadió Rodríguez.
“En ese sentido -agregó- pedimos los puntos del partido porque no sólo que la bomba de estruendo perjudicó a uno de nuestros jugadores y, en consecuencia, a nuestro equipo, sino que directamente está prohibido ingresar con esas bombas al estadio”.
Fueron muchos los partidos que se terminaron de esta manera en el fútbol argentino, con los puntos a favor para el equipo visitante que fue perjudicado por un elemento arrojado por la parcialidad local.
Otro pedido
Según versiones que llegan desde el Consejo Federal, el informe del polémico árbitro del partido, el santiagueño Francisco Acosta, fue “leve” para con San Martín, más allá de que los dirigentes del “Santo” saben que habrá una sanción económica muy fuerte.
Quienes entienden del reglamento señalan que, por la manera en que se dio la suspensión, el partido podría reanudarse desde los 39 minutos del primer tiempo y, posiblemente, en estadio a puertas cerradas.
No obstante, en caso que esto suceda, los dirigentes de Alumni también solicitarán la anulación del segundo gol de San Martín, por considerar que estuvo viciado de nulidad y que, en consecuencia, el árbitro no debió convalidarlo.
Vale recordar que, en la jugada del 2 a 2, el árbitro no debió dar la orden de ejecutar el tiro libre hasta que se apagara el láser que perturbó la visual del arquero Sebastián Hernández. Sin embargo, ni Acosta ni su asistente, Miguel Royano, alcanzaron a ver lo que prácticamente vio todo el estadio. Entonces el árbitro dio la orden y San Martín llegó al empate con el tiro de Víctor Beraldi, quien le pegó directamente al arco -al percibir los problemas que tuvo Hernández- y anotó el segundo empate.
Después de esa jugada y antes de que los jugadores de Alumni sacaran desde el medio, cayó la bomba de estruendo, Aimar quedó conmocionado y, luego de varios minutos, el partido se suspendió.
Así, como el juego no se reanudó, los directivos fortineros reunieron vídeos y otros elementos que enviarán al Consejo Federal, pidiendo la anulación del polémico gol, sobre todo porque existe un antecedente.
Aquel “piedrazo”
El antecendente que remarcan los dirigentes de Alumni para pedir la anulación del 2-2 data de 1996, en un partido entre Huracán de Corrientes y River.
Aquella vez, River se encaminaba al título y empataba 1 a 1 en cancha de los correntinos.
En una jugada, el arquero millonario, Roberto “Tito” Bonano, recibió un “piedrazo” desde la tribuna local y quedó tendido en el piso, mientras un jugador de Huracán convertía el 2 a 1.
El árbitro de aquel partido, Javier Castrilli, convalidó el gol y el asistente corrió hasta la mitad de la cancha, sin percatarse de lo sucedido con Bonano.
Los jugadores de River protestaron, Castrilli se acercó hasta el área y, al ver la sangre en el rostro del arquero, resolvió suspender el partido antes de que los jugadores reanuden el juego desde el medio.
Un día después, el mundo River se fue en protestas hacia el Tribunal de Disciplina, apuntando a la injusticia que se dio en Corrientes.
Superados por el caso polémico, los dirigentes de la AFA enviaron un fax a la FIFA para consultar qué dice el reglamento ante un caso semejante.
Josepp Blatter, presidente de la FIFA, contestó que si el juego no se reanudó, el gol se puede anular.
Días más tarde, Huracán de Corrientes y River continuaron el partido, pero con el resultado 1 a 1; y en los minutos restantes, finalmente River se impuso 2 a 1, en uno de los triunfos que le sirvieron para ser campeón del fútbol argentino.
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