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Los Nocheros actuaron en el escenario mientras el ritmo brasileño copó las calles |
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El cartel luminoso es grande y se lee bien. “Todo el mundo en Alta Gracia” para que a nadie le queden dudas.
O por lo menos eso parece, porque realmente todo el mundo espera y se agolpa desde temprano para ver el comienzo de la tradicional fiesta que arribó a su edición número 25.
Desde las 20.30, las calles de la ciudad y el Tajamar se visten de fiesta. Los encargados de llevar a cabo el desfile se visten de todos colores y formas. Cada uno lleva el atuendo de sus ancestros y de los diferentes países que tuvieron influencia en mayor o menor medida para que se forme la idiosincrasia de Alta Gracia.
La caravana comienza y termina con Argentina, pero en el medio van España al son de las castañuelas; País Vasco, Alemania, Armenia, Uruguay, Brasil que marcha sambando; Croacia, el sabor y movimiento de Cuba, Estados Unidos, Francia, Irlanda, Holanda, Iraq, Italia, Polonia, Ucrania, Sociedad Árabe junto con el ritmo de Republica Dominicana y México.
En total son unas 27 delegaciones, pero cinco de ellas no presentan stand.
@ Todos los sentidos todos
Todos los sentidos se vuelcan en cada carpa del país para ver “si se puede picar algo”, y allí decidir qué país visitar para poder comer.
Muchos son tradicionalistas y se van a lo seguro, otros miran, huelen y saborean cada una de las cosas.
Como en Holanda, que la gente sale diciendo “buenísimo” y todos los demás buscan saber de qué se trata. Y de lo que se trata es del Gevland Beef Sandwich, que consta de ternera flambeada con salsa a base de cerveza, extracto de bellota, miel y ciruela. Acompañado de una cerveza rubia ahumada, es lo mejor para el primer día de estadía en la tierra de los jesuitas.
Brasil, por su parte, tiene mucha gente. Pero más que nada es por los tragos, la música y la onda que tiene ese stand. Todos van y bailan y alguno que otro pide feijoada, esa carne de cerdo con frijoles, acompañada de arroz y mandioca.
@ El plato principal
Los Nocheros y Abel Pintos son platos que se sirven calientes. Es que el calor del público se traslada hacia ellos y mejoró todo tipo de show que pensaban dar. Antes, ya en el escenario, las “banderas del mundo” y el Himno por parte de Luis Lima abrían formalmente el escenario junto a unos fuegos que explotaban para alegría del público.
Dentro de camarines, Abel Pintos contaba la emoción de cantar “folclore frente a tantos folclores de todo el mundo”.
Ya sobre la pista brindó un concierto vibrante y lleno de buena música, como de varios de sus últimos temas del disco “Reevolución”: “Solo”, “Peregrinos”, “Halleluja”, “No me olvides”, “Por una gota de tu voz”, “La llave” y “Aventura”.
Por su parte, Los Nocheros repasaron su repertorio con temas como: “Yo soy tu río”, “Solo pa’ bailarla”, “La yapa”, “Vuela una lágrima”, “Balderrama”, “Boquita de luna”, “Fue” y “Tu naturaleza”, entre una serie de canciones, alcanzando las dos horas de show.
Juan José Coronell
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