“Por respeto” a la institución que conduce y para que los alumnos que asisten encuentren a la escuela “como un lugar agradable”, la directora de la escuela República de Bolivia, Stella Faró, se hizo cargo por voluntad propia de pintar paredes y puertas, desmalezar el patio, podar los árboles y hasta reparar algunos lugares de la entidad educativa.
Sin esperar el inicio del ciclo lectivo para preocuparse por las deficiencias que pudieran aparecer en el edificio escolar, Stella dedicó parte de sus vacaciones a su escuela.
“Tengo muchas ganas de empezar, ya descanse, ahora es tiempo de hacer lo que he hecho toda mi vida... dar todo por mi vocación, la docencia”, expresó a EL DIARIO, la ejemplar educadora.
“Los padres me han dado todo su apoyo y confianza. Me siento en deuda con ellos y esto es parte de mi retribución hacia ellos, que se merecen lo mejor que podemos darles", indicó.
“Este año, el eje central de nuestra actividad estará en los talleres para padres. Desde allí vamos a apuntalar los roles de estos papás que provienen de una clase socio económica castigada. Si ellos contienen a los niños, el 50% de la tarea está lograda, el resto lo vamos a aportar nosotros”, subrayó.
Como sorpresa, la directora adelantó que en el acto del primer día de clases utilizarán un cañón multimedia que la escuela adquirió para proyectar imágenes del viaje de estudios de sexto grado y otro vídeos.
Para los maestros, Faró tiene previsto un desayuno de trabajo “con buena onda”.
“Es digno que los padres lleven a sus hijos a un lugar digno y público como lo es la escuela República de Bolivia. Para ellos y sus hijos todos los honores”, redondeó.
“Necesitamos para este año onda, positivismo y garra; la docencia es vida que toca otras vidas. Estar en un mejor lugar ayuda a que eso se cumpla”, concluyó.