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Jorge Rojas se cambió de camisa. Las damas de la platea lo aplaudieron de cualquier forma |
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Con la orquesta estable, un Borsatto crítico, los ballets de Villa María ovacionados y la apertura con César Isella, la segunda noche en el Anfiteatro y en la edición número 45, se puede decir que Villa María le hizo honor al nombre de Festival de Peñas Canciones con letras de Julio Cortázar, consignas políticas de los ‘60 y danzas sobre el escenario "Hernán Figueroa Reyes", dejaron el sabor de estar en un verdadero y tradicional festival. Esa fue la característica de la segunda noche, que al cierre de esta edición tenía a Jorge Rojas como uno de los números más aplaudidos y la gente esperaba el pre-cierre bailable con el grupo cordobés La Barra, ya que quien le ponía el telón a la segunda noche era la homenajeada Valeria Lynch. Claro, se sabe que Rojas no es solamente folclore. Es que el salteño, ex Nocheros, aborda un género como el romanticismo, que es una especie de mezcla con las canciones de tierra adentro. Pero, de cualquier manera, y como dijo en una de sus canciones César Isella, uno "vuelve siempre donde amó la vida". Y así volvió el espíritu peñero al Festival. @ La previa A las 9 de la noche, con la presentación de Alberto Luna, aparecieron en el escenario "Los Ponchos Rojos", que hacía 22 años no pisaban el escenario "Hernán Figueroa Reyes". Como locales, abrieron el fuego de las peñas con la Zamba para Villa María. Le siguieron Claudia Mazzini, quien se quejó por el poco tiempo que tenían para cantar; Raúl Manfredini; El Angel Nicolás y Las Voces del Río. Eran las 9.30 y se acabó sorpresivamente la previa. @ Crítico A las 21.35 apareció Miguel Borsatto acompañado por la Orquesta Estable dirigida por el maestro "Kuki" Soria. "Conmueve estar acompañado por una banda en vivo", dijo. Y empezó a lanzar algunas críticas sutiles. "La lechuza, símbolo de este Festival, está aturdida por tantas críticas, que escucha sin chistar. Estamos acá, en la Villa María que debate, que discute; sobre un escenario que aún lleva el nombre del ilustre cantor enamorado", agregó, antes de lanzar su clásico grito "Villa María, peña y corazón abierto". Otra vez sin fuegos artificiales, pero con el ingreso de los bailarines de lo que denominó "Ballet Estable", integrado por Flor de Ceibo, Agrupación Folklórica y la de Arte Popular. Los primeros bailaron un tango al son de "La Cumparsita", los segundos la zamba "El que toca nunca baila" y los últimos, la chacarera "Del rancho", para cerrar todos con un malambo norteño que fue ovacionado por el público que a esa hora ocupaba el 75% de las butacas del Anfiteatro. Y llegó el turno de César Isella, presentado por la dupla de Geo Monteagudo y Sergio Zuliani, quienes no estuvieron acompañados por el calor de los aplausos. Dos guitarras, un piano y la voz clásica de un hombre que pisó el Anfiteatro hace décadas. "Vine en la época de los Fronchaleros y los Chanzerizos", bromeó, en alusión de los grupos que integró. "Eramos una patota de gente que veníamos a un festival chico, pero puro folclore", dijo, refiriéndose a Mercedes Sosa, Los Tucu Tucu, Hernán Figueroa Reyes y otros. Isella recordó que por fines de los ‘60, cantaban cosas "tontas" como "El Triunfo Agrario", de Zitarrosa, que recuerda que "me duele hasta los huesos el latifundio". Cuando llegaron tiempos más difíciles, ya en dictadura, cantaban letras como la que interpretó en la segunda noche del Festival, con letras que dicen que es "el dolor al fin el que nos iguala y la esperanza la que nos ilumina". Tras el eterno trovador, cantó el villamariense Pablo Parsi, con excelentes interpretaciones y una voz privilegiada que supo levantar aplausos. @ Gobernador y después... Antes de la figura central de la noche, el romanticón y orgulloso salteño Jorge Rojas, arribó al Anfiteatro el gobernador de la provincia José Manuel de la Sota, acompañado por el intendente municipal Eduardo Accastello. El mandatario provincial le dijo a EL DIARIO que "es un placer estar otra vez en Villa María para disfrutar una noche tan especial". Después sí, para el delirio de la platea femenina y un Anfiteatro mucho más pletórico y colmado que el de la primera noche, empezó a cantar Rojas. Movedor de multitudes y saludando a las mujeres presentes, sabiendo de su "arrastre" con ellas, puso la primera con "Murallas", siguió con "Para cantar he nacido" y después propuso "Uno mismo". El ex Nocheros arrancó rosas imaginarias de la tribuna femenina. Todo un fenómeno de los últimos veranos festivaleros. Pero, lamentablemente, cuando esa tribuna le pedía más canciones, como es obvio y él quería ofrecerlas, la organización le dijo que no: andate, Jorgito.
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