Con observaciones al concurso de precios que determinó el alquiler del escenario para el Festival de Peñas a la firma Andemet Saciyf, los Tribunos de Cuentas José Naselli (Partido Villamariense) y Francisco Maristany (UCR) rechazaron la orden de pago por el anticipo del 50% del contrato. En cambio, Carlos De Falco, dio su aval al pago.
El alquiler del escenario que fue utilizado en las cuatro noches festivaleras costó la friolera de 240 mil pesos, a pagar, el 50% por anticipado y el resto, al momento de devolverlo.
En la resolución por la cual se rechaza el pago de 119.790 pesos a favor de Andemet para saldar la primera entrega del 50%, los tribunos no fundaron su rechazo ni en consideraciones políticas ni en razones fundadas en el sentido de la oportunidad del gasto, sino en una supuesta irregularidad en el concurso de precios.

El rechazo

Naselli y Maristany recordaron que el 27 de enero se abrieron los sobres con las propuestas de alquiler de escenarios y que el mismo día, a través de la prensa oficial se informó que “estaban llegando en tres grandes camiones, los elementos que componían el escenario a utilizar, con detalles incluso sobre su similitud con otros propios de eventos de tipo internacional. La pregunta surge por sí misma. Si ese día (27-1-12) recién se estaban abriendo los sobres, debían estudiarse las propuestas, proceder a su adjudicación, cómo era posible que alguien hubiera gastado en fletar y cargar tres camiones de gran porte, sin saber si a la postre iba a resultar adjudicatario. Nunca conocimos una respuesta coherente”, indicaron.
Para “ahuyentar toda duda o sospecha de un manejo irregular del concurso de precios que venimos aludiendo”, es que el 1 de febrero, con “carácter de muy urgente”, solicitaron informes al intendente Eduardo Accastello sobre las personas y empresas que estaban trabajando en el acondicionamiento del Anfiteatro Municipal (colocación de sillas tapizadas, cerco perimetral, herrería, electricidad, mantenimiento sanitario, albañilería, y por supuesto, alquiler y colocación de escenario), quien no les respondió. “Sólo hemos recibido su estruendoso silencio”, ironizaron los vocales.
Ante lo que consideran la imposibilidad de evaluar correctamente el gasto por la falta de información que le solicitaron al Ejecutivo es que, a criterio de los tribunos opositores, se encuentran “ante una operatoria contractual ilegal e inmotivada”, por lo que resolvieron rechazarla.

La aprobación

El oficialista Carlos De Falco argumentó las razones por las que aprobó la orden de pago.
En primer lugar, señala que el concurso fue legítimo y que, de manera atinada, se eligió la propuesta más barata dentro de las cotizantes, dado que uno pidió $265.000 y otro $280.000, mientras que la firma Andemet solicitó $239.580.
Entiende que es responsabilidad de la Municipalidad avanzar en las mejoras del coloso.
Explica que al llegar al Festival de Peñas sin el escenario construido y en virtud de tener el espacio concesionado “hubo de darle a los concesionarios el lugar en condiciones, lo que implica con un escenario para que se pueda realizar la fiesta popular”.
Destaca la trasparencia del concurso y señala que el Tribunal de Cuentas participó de la apertura de sobres “dando fe de los contenidos y propuestas, girando los antecedentes, sin observación alguna, a la Oficina de compras”.
“Como es claro apreciar, se han efectuado todos los pasos legales para llegar a la contratación”, aseguró De Falco y aprobó el pago.
Dado que el resultado es un voto a favor y dos en contra, la orden fue rechazada, por lo que el intendente deberá insistir y, ante un eventual nuevo rechazo, tiene la opción de abonarla asumiendo la responsabilidad.

La pelea de fondo

Detrás de los argumentos que se esgrimen en las Resoluciones del Tribunal de Cuentas, persiste una disputa que tiene que ver con el conocimiento que tiene cada tribuno del voto del otro.
Los opositores adelantan el “si” o el “no” al oficialista, pero no le dan a conocer el escrito con los fundamentos hasta la redacción final de la Resolución.
De Falco reclama, en función de una ordenanza, conocer los argumentos, algo que Naselli y Maristany rechazan.