Festival de Peñas. No te vayas Chavo
Señor director:
Todos los que trabajamos en los medios de comunicación locales nos hemos imaginado, alguna vez, parados sobre el Escenario Hernán Figueroa Reyes, ante una multitud cálida y ansiosa, presentando a sus artistas favoritos. Y me animo a generalizar en este sentido, porque creo que es un pensamiento que -aunque no llegara a convertirse en deseo en todos los casos- por lo menos se ha colado fugazmente en la imaginación de mis colegas y en la mía. Tal vez un deseo remoto, una fantasía, una ilusión que no desvela, pero no voy a negar que me encantaría estar allí.
La razón de este pos tiene que ver con la reciente polémica surgida en la red social Twitter con motivo del 45° Festival Nacional de Peñas que, nuevamente tuvo como conductores a Sergio Zuliani y a Geo Monteagudo -ambos profesionales del staff del multimedio Cadena 3- quienes por segundo año consecutivo fueron duramente criticados por el público y los medios locales por la calidad de su desempeño como animadores del Festival. Animar… conducir… presentar… una muy difícil tarea que va mucho más allá de leer los carteles del público y exclamar ¡Wawwww! A veces me pregunto que sería de la Geo si la gente no elevara sus pancartas blancas escritas con fibrón. De Zuliani sólo puedo decir que es muy poco caballeroso interrumpir permanentemente a una dama, y de mal compañero hacerle eso a una colega.
Acerca de la falta de espíritu localista que demuestran no tengo mucho para agregar, aunque me gustaría sugerirles -a ellos o a los que vengan luego- que se nutran un poco con información sobre el Festival, su historia y lo que significa para los villamarienses esta, su fiesta popular: tan sólo les quitará unas horas de su valioso tiempo, y va a sumar mucho a la hora de interactuar con los presentes. Venir a conducir ante la multitud sin haberse informado bien es como ir a una fiesta en casa ajena y abrir la heladera sin pedir permiso, hay una cuestión básica de tacto -y de formas- que se está ignorando.
Por otra parte, leo por ahí que Miguel Borsatto había declarado que este año sólo haría la apertura del Festival, dejando la conducción del resto de la velada a cargo de los capitalinos periodistas. También leí que dijo que ya estaba pensando en retirarse, lo que puede interpretarse como un “…al cabo que ni quería”. Alguien lanzó entonces al ciberespacio twittero un #BorsattoNoSeVa (también puede leerse como “…no te vayas, Chavo”) y quienes lo queremos y admiramos rápidamente nos sumamos a la movida. Pero poco tardó en aparecer el -a mi entender- desafortunado #ChauBorsatto pidiendo, cual llamado a la solidaridad, gente copada y joven para conducir el Festival de Festivales… Pero yo -y por favor discúlpenme- sigo sin poder imaginar ese Anfiteatro, colmado hasta el borde, con otra voz que no sea la de Miguel gritando a voz en cuello: “…¡Peña, y corazón abierto!”. Será que lo aprecio y lo admiro profundamente que me duele leer esos comentarios negativos. Tal vez quienes se suman a ese Hashtag de Twitter piensen que ser joven es ser copado y ser copado es ser talentoso… no me parece. No concuerdo con ellos ni los comprendo. O quizás crean que siempre van a ser jóvenes y copados, que no vale el camino recorrido, la experiencia, la calidez y el profesionalismo de un Señor Locutor que trata a los colegas más jóvenes y menos expertos con el mismo respeto que él se ha ganado en tantos años de carrera.
Más allá de si se va o si se queda, de si te gusta o te disgusta su estilo profesional, yo te invito, colega, vecino, amigo twittero que cambies ese #ChauBorsatto por un #GraciasBorsatto… Gracias, gracias y muchas gracias por haber cubierto con tu voz ese estadio cuando apenas tenía unas pocas plateas, Gracias por haberte comprometido con el Festival, por haber sentido cada grito de bienvenida, por haber recibido a los viajeros que llegaban desde tantos lugares con tus siempre afables modos y palabras. GRACIAS por la entrega, por la pasión… Gracias por tantos años de talento. #GraciasBorsatto.
Lucía Díaz
La “seguridad” durante el Festival de Peñas
Señor director:
Ayer leí una nota hecha por uno de sus periodistas donde se quejaba de numerosas situaciones respecto a la nueva organización del Festival (en una nota titulada "El lechuzón va de frente: ¿Me da fuego, por favor?"). Estoy de acuerdo en todos estos aspectos con este señor periodista; me siento muy bien representada, ya que como bien dijo, ustedes son la voz del pueblo.
Y quiero añadir un punto, que seguramente desconocen y es alarmante: el avallasamiento que estamos sufriendo por parte de policías que no son oriundos de nuestra ciudad (principalmente lo sufrimos mujeres jóvenes).
La organización del Festival creyó oportuno traer policías de la capital provincial y hasta de Buenos Aires para un mejor "cuidado" de nuestros ciudadanos, y a cambio de eso sufrimos acoso y faltas de respeto.
El sábado por la noche fuimos con una amiga a sentarnos al costado del río (bien atrás de Fratondi) y se acercaron dos policías alumbrándonos con una linterna en las caras por, aproximadamente, cinco minutos. Cuando llegaron hasta donde estábamos nos dijeron que no podíamos permanecer en la oscuridad porque no nos podían vigilar y estaban robando (no quiero desacreditar su palabra, pero son dos personas que venían por primera vez a Villa María, cuando yo nací y me crié acá y jamás me pasó nada en ese sector). Por otro lado, nos dijeron que allí se juntaban "drogadictos", porque el día viernes habían sacado a unos pibes fumándose un porro. Lisa y llanamente, entre lo que dijeron, cómo lo dijeron y sumando la linternita apuntándonos, nos trataron de delincuentes por estar sentadas en un tronco lejos de la gente y en un sector oscuro.
Al rato vino otro policía (también de otra localidad) a decirnos que no nos preocupemos, que esa zona era de él y él nos estaba viendo; que no había problema de que nos quedáramos allí, a lo que los otros dos policías respondieron de forma agresiva diciéndole "¡No me 'contradiscas' al frente de las chicas! Si yo les digo que se vayan a la luz, no vengas vos a decirles que se queden!". (Sí, sí, 'contradiscas', tan patético que ni sabían hablar).
Cuando se fueron los tres, vino otro policía, éste oriundo de Buenos Aires a decirnos que si estábamos ahí para fumar "chala", que podíamos fumar con él. Se sentó al lado nuestro en el mismo tronco y comenzó a hacer preguntas personales, a las que con miedo respondimos mintiendo porque ya no sabíamos qué esperar. Se quedó unos 30 minutos, insistiendo en salir a bailar e invitándonos a desayunar, a lo cual yo respondí que me parecía muy poco profesional lo que estaba haciendo y le causó gracia.
Tuvimos que esperar que estos muchachos se alejaran para poder irnos.
Lo peor es que a medida que se lo fui contando a gente conocida me enteré de varios episodios parecidos con chicas jóvenes, a una hasta le ofrecieron porro. ¡Una vergüenza! Y a mi modo de ver, es más inseguro esto que la inseguridad misma que se supone que ellos deben evitar. Acudo a ustedes porque me resultó una situación alarmante y es mi forma de denunciarla.
Muchas gracias.
F.P.
(DNI corroborado)
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