El viernes último el Hospital Regional Pasteur de Villa María fue escenario de una situación que se repite por decenas cada año en nosocomios de todo el país. Una joven mujer, en este caso de poco más de 20 años, llegó con su salud sumamente deteriorada por una intervención clandestina para interrumpir un embarazo.
Sin dar cuenta inicialmente de las causas de la hemorragia que sufría, la joven se hizo atender en la Guardia, donde después de revisarla los profesionales supieron cuál era el cuadro verdadero.
Así, comenzaron por limpiarla y extraer restos de placenta que permanecían en el útero. Prosiguieron meticulosamente con toda la práctica indicada para estos casos y, una vez finalizada, pusieron en marcha el proceder legal establecido para estos casos.
Ya repuesta la paciente, fue interrogada por agentes de la Unidad Departamental San Martín de la Policía de la Provincia de Córdoba. Acongojada, la joven confesaría que la práctica le había sido realizada por su hermana.

Ingrata sorpresa

Los agentes enseguida recibirían una ingrata sorpresa de boca de la interrogada, que habría dicho aproximadamente la siguiente frase:
“Por favor, dejemos todo como está, porque mi hermana es colega de ustedes... es agente de policía...”.
EL DIARIO pudo saber que se trata concretamente de Teresa S., quien presta servicios (aunque parezca mentira) en la Comisaría de la Mujer y el Niño.
Al parecer, esta uniformada inició hace algunos años un curso de primeros auxilios o de enfermería, pero no habría llegado a finalizarlo.
Este medio pudo establecer que el sumario siguió adelante y que fue puesto a disposición de la Fiscalía de Instrucción del Primer Turno, a cargo de Félix Martínez, donde se guarda estricto silencio en torno a las medidas procesales ordenadas, algunas de las cuales se habrían iniciado con resultado positivo. De confirmarse, la agente sería imputada y podría ordenarse su detención.
Si se concretaran estos supuestos, tomaría intervención en el caso Asuntos Internos de la Policía, para realizar su propio sumario y elevarlo luego al Tribunal de Disciplina de la fuerza.

Marchas y contramarchas

La truculenta situación viene a poner nuevamente en el tapete una realidad tremenda, a la cual se aproximan algunas estadísticas para señalar que por cada dos nacimientos, hay un aborto en la Argentina y que el aborto clandestino es la principal causal de muerte materna en el país.
Cuando este hecho ya se había producido, decenas de personas marcharon en Villa María y Villa Nueva en contra de la despenalización del aborto. La manifestación de católicos y evangélicos se realizó en el marco del debate que se está dando en el país, con participación de diferentes sectores, en torno a esa posibilidad de eliminar la penalización del aborto en algunos supuestos, para los cuales la opinión de la mujer encinta sería fundamental y definitoria.
Como sea, más allá de los credos, los legisladores y los gobernantes en su conjunto, deberán hallar una solución para una problemática que se ha convertido en lamentable flagelo de nuestro tiempo.