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Dos de los alumnos de escuelas de frontera que ya se encuentran en la UNVM, con las cuatro que se incorporan este año, posaron con el presidente del Club de Servicio Aldo Invernizzi |
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Ya se encuentran en la ciudad realizando el cursillo de ingreso a la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) cuatro alumnos que cursaron la secundaria en escuelas levantadas por el Club de Servicio y que han sido becados en el marco del convenio de reciprocidad firmado por los responsables de ambas instituciones.
Se trata de Caren Smoli, de 17 años, procedente de Pueblo Illia, Misiones; Silvina Suáres, de Abra Pampa, Jujuy; Melisa Reyes, de 20 años, de Jáchal, San Juan, y Larisa Beltrán, de 18 años, del Departamento de Tinogasta, Catamarca.
Caren cursará la Licenciatura en Lengua y Literatura, Silvina la Licenciatura en Administración, Melisa Diseño y Producción Audiovisual y Larisa Terapia Ocupacional.
Las chicas se suman a Danilo Klein, de Pueblo Illia, que sigue la Licenciatura en Ciencias Económicas, Celeste Suáres (hermana de Silvina) de Abra Pampa que realiza los estudios de Lengua y Literatura, y Jonatan, el catamarqueño que falta en la foto porque todavía no comenzaron las clases.
Son ahora en total siete y la beca surgida del acuerdo les cubre el material de estudios, el arancel universitario, el alojamiento en el Campus, la comida y los pasajes de ida y vuelta para julio y diciembre-febrero.
A poco de llegar a la ciudad, las cuatro nuevas alumnas de la UNVM fueron presentadas a los socios del Club de Servicio de Villa María durante una cena que contó con la presencia del presidente de la entidad, Aldo Invernizzi; la vicepresidenta, Vilma Vargas; la secretaria, Nora de Rubiolo, y el también integrante de la comisión Fernando Rubiolo.
Fue en la sede del CS, ubicada en el Parque Pereira y Domínguez, al 1401 de la calle Rawson.
Allí los chicos expresaron su agradecimiento en nombre de sus familias.
“Para ellos Villa María es una urbe enorme”, indicaron sus anfitriones, que además asumen una suerte de tutela a través del seguimiento de las actividades que desarrollan los chicos.
El Club de Servicio (ex CAS) es una entidad de bien público que asumió entre sus tareas fundamentales la de construir escuelas en puntos fronterizos de la Patria.
Primer mojón
La primera de ellas fue la de Pueblo Illia, en Misiones, donde existía un caserío en el que predominaba el portugués “y hasta había familias que anotaban sus hijos en el Registro de la localidad brasileña vecina”.
Alrededor de esa escuela nació la localidad y desde allí vino primeramente Danilo, que ahora regresó acompañando a su vecina Caren y que está cerca de terminar su carrera.
Caren expresó que “nunca me hubiera atrevido a pensar en ir a la Universidad, pero es algo maravilloso que me está pasando a través de esta beca que con mi familia no dejaremos nunca de agradecer”.
Para Silvina, en tanto, “la beca significa una posibilidad de seguir estudiando, aunque tenga que ser lejos de papá, mamá y mis tres hermanos”.
Larisa habló de su mamá de 36 años, de su hermano de 19 y sus hermanas de 15 y 12, para luego afirmar que para ella “la beca significa mucho, porque sin ella yo nunca tendría la oportunidad de estudiar en una universidad”.
Y Melisa aseguró que va a aprovechar “al máximo esta oportunidad, para poder estudiar lo que me gusta y lograr el título”.
¡Suerte, chicos!
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