|
|
|
|
|
|
|
Los bomberos trabajaron intensamente para controlar el fuego en el transformador |
|
|
|
|
|
Otra sobrecarga y el transformador no dio más. ¿Obsoleto? ¿Sobre exigido? El microcentro de la ciudad quedó a media luz y otra vez volvió a sonar la maldita canción del verano. Luz, apagón ¿y después?
Calle Buenos Aires, casi esquina San Martín, exactamente en la vereda del edificio conocido como “de los médicos”. Eran pasadas las 18; la gente paseaba o se demoraba compartiendo café, en los bares de las inmediaciones.
Afortunadamente, no hubo heridos que lamentar. Pero daños materiales y morales, sobraron. Para los primeros, existen repuestos; para los segundos, no hay curitas.
“Yo venía caminando por la esquina de Yrigoyen y sentí un olor, así, como a quemado”, comentó uno de los tantos vecinos que se entretenían viendo la labor de los servidores que daban pelea al humo y al calor provocado por las llamas.
“Escuchamos una explosión y se apagó la luz. Al principio nos asustamos, hasta que nos dimos cuenta de qué era lo que pasaba. Había explotado el transformador”, dijo Juan Carlos, empleado de uno de los comercios de la calle Buenos Aires.
Una decena de Bomberos, entre ellos el propio jefe del Cuartel, Gustavo Nicola, trabajaban denodadamente para controlar las llamas.
En un momento, la columna de humo negro llegó a cubrir casi completamente los pisos de abajo del edificio “de los médicos” y ascendía para dejarse ver desde varias cuadras a la redonda.
Efectivos policiales y de Seguridad Ciudadana prestaban apoyo a los bomberos, tratando de ordenar a los curiosos y mantenerlos a salvo, lejos del peligro.
Operarios de la EPEC trataban de evaluar los daños.
Los rostros lo decían todo. Los daños eran grandes.
Pasadas las 20.30, de lo único que parecía haber certeza era de que “hemos pedido a Córdoba un transformador que puede que llegue a la medianoche. Trataremos de darle solución a alguna de toda esta gente, porque desde ya le digo que no hay un transformador que pueda suplantar a éste que se ha quemado”, explicó Domingo Dalberto, empleado de la empresa de energía a EL DIARIO.
La tarea de los Bomberos no fue fácil. “Controlamos el fuego y luego tuvimos que enfriar la cámara donde ocurrió el incendio, para poder luego evaluar los daños. Una vez que se abrió y se rompió, cuando corra un poco de aire la cámara va a volver a tener una temperatura aceptable, que permita trabajar” explicó el jefe del Cuartel, Gustavo Nicola.
Poco antes, un bombero había descendido a la cámara asistido por compañeros que literalmente lo regaban para que pudiese soportar la temperatura.
Los comerciantes y vecinos del sector, buscaban con la mirada a alguien que les dijera algo; los más ejecutivos intercambiaron algunas palabras con operarios y servidores públicos, en busca de alguna solución. Pero en todos los casos la respuesta fue la misma: incertidumbre.
Las empleadas de una heladería ubicada frente a la plaza comentaron “Hoy recibimos un pedido. ¿Cuánto piensan que puede aguantar el helado sin el frío necesario? Los dueños de los bares, estaban en idéntica situación. El grupo radial Centro y la radio de la UNVM, quedaron fuera del aire.
El servicio que brinda la EPEC en la ciudad camina por la frontera del colapso; los villamarienses, al borde del ataque; los aires acondicionados siguen funcionando a full; la falta de conciencia, también.
Otras notas de la seccion Policiales/Judiciales
Tres personas heridas de gravedad
Robo en un comercio
Operaron a Maximiliano y continúa en terapia
Incautan arma de fuego y recuperan herramientas
Dos nuevos testigos en un proceso por abuso sexual
|