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El recinto del Congreso Nacional, en 2011, con poca tonada cordobesa |
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Mientras crece el malestar por el porcentaje (desmesurado) de aumento de dietas que los actuales miembros del Congreso y Senado de la Nación aprobaron para sí mismos, algunos datos de la tarea que les compete no dejan de sorprender.
Una de las medidas que se tiene en cuenta para cuantificar el índice de calidad legislativa (además de proyectos presentados, participaciones en comisión y otras actividades que hacen a labor de un diputado o senador), es la cantidad de palabras que emiten los congresales en el recinto.
Precisamente en este rubro, durante el año 2011, según registra el indicador cualitativo publicado por la versión digital de “El Parlamentario” (http://parlamentario.com/noticia-42240.html), los funcionarios cordobeses (muchos terminaron sus mandatos en diciembre del año pasado) no se lucieron por sus dotes expresivas.
Paradójicamante en el Parlamento (deriva del francés “parlement” que a su vez deviene de “parler”, hablar), la tonada cordobesa fue prácticamente un susurro en la sala del Congreso.
Para arrancar con los ejemplos, consideremos el desempeño de las villamarienses Nora Bedano, Cecilia Merchán y Carmen Nebreda.
En el caso de las referentes del Frente para la Victoria, Bedano emitió 699 palabras y su compañera de bancada Nebreda, 382.
Por su parte Merchán del bloque "Libres de Sur", expresó 484 términos.
A pesar de la magritud discursiva, las dirigentes políticas nacidas en la "hija del riel" tuvieron una actuación decorosa si tenemos en cuenta las performances de sus pares coterráneas.
Para el análisis, vale indicar que la riocuartense Griselda Baldata manifestó 710 palabras, en tanto la radical Silvia Storni se despachó con 248.
La que menos habló, entre las mujeres, fue la justicialista Estela Garnero que utilizó su tiempo parlamentario para decir tan sólo diez palabras.
Por el lado de los hombres, la locuacidad recuperó sus valores normales con el representante del Frente Cívico, Ernesto Martínez y sus 5.506 términos expresados. Otro que se destacó por su oratoria fue Oscar Aguad de la UCR con 3.535 palabras y Juan Carlos Vega de la Coalición Cívica con 2.786.
El que permaneció casi inmutable durante todo 2011 fue Heriberto Martínez que abrió la boca apenas para decir: “Mi voto también fue afirmativo”, pero como agregó “señor presidente”, no quedó en la cola.
Por último y en términos generales, los que se suponen deben hacer del lenguaje gestual su mejor modo de comunicarse en el Congreso podrían ser; Héctor Del Campillo (UCR), Jorge Montoya (FPV), César Albrisi (Frejuli-Acción por la República), Daniel Aseff (Unidad Peronista), Gumersindo Alonso (FC), Susana Mazzarella (FC), Gladys Espíndola (UCR) e Hipólito Faustinelli (UCR), ya que no dijeron una sola palabra en todo el ciclo legislativo.
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