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Godoy anota el primer tanto de la noche. El delantero brilló en Plaza Ocampo y lleva cinco goles en cuatro partidos |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
Se afianza una mística en Plaza Ocampo. Esa sensación ganadora que emanó de Alumni en los últimos partidos comienza a poner de rodillas a cualquiera que venga. Y aunque quizás la alegría llegó tarde y cuando las necesidades están a la orden del día, es bienvenida para su gente que, en los primeros minutos del jueves, se quedó cantando que “Alumni no se va” porque acababa de ver en la cancha un equipo confiable, de lo mejor que se ha visto en los últimos tiempos.
Si no, que lo diga Crucero del Norte, que anoche llegó puntero a la “Placita” y hoy vuelve a Misiones con un 0-2 incuestionable.
Había padecido esa fortaleza anímica del conjunto del “Zurdo” López, una fortaleza que se percibe desde la disputa de la pelota hasta la finalización de las jugadas de Marcos Sebastián Godoy, la figurita de las últimas fechas.
Dos goles diferentes (uno trabajado y otro improvisado) confirman el momento superlativo de este delantero llamado a ser la estrella del equipo, aunque apenas lleva cuatro partidos con la camiseta de Alumni.
Lo disfrutó todo el público, que también reconoció con aplausos el esfuerzo del resto, luego de un partido exigente desde lo físico.
Además, nunca fue fácil para el local sacar diferencias cuando el rival viene a poner dos líneas de cuatro en el estadio municipal.
Crucero lo entendió así y no se le cayeron las medallas para cuidar primero su arco, tratando de cubrir los espacios con un dispositivo defensivo.
Parado como para no sufrir, el equipo misionero esperó al villamariense y buscó cortarle los caminos en la mitad de cancha, por lo que Víctor Rena y Godoy debieron lidiar en ataque como llaneros solitarios ante los lungos marcadores visitantes, que trabajaron sistemáticamente con anticipos o cortes poco limpios.
Así, los arqueros fueron espectadores de lujo durante más de 20 minutos de juego, ya que Crucero tampoco se las rebuscó para pasar al ataque con criterio.
A los 22’ recién apareció Julio César Gaona, el uno de Crucero, para volar espectacularmente y desviar un disparo de larga distancia de Matías Bolatti. Y en esa jugada empezó Godoy a mostrar sus dotes de goleador, cuando la embocó en el rebote, pero el asistente consideró que estaba en posición adelantada y el árbitro Carlos Boxler anuló la acción.
Crucero respondió con un centro alejado que Maximiliano Batista terminó con cabezazo desviado.
No obstante, el partido pintaba con pocas situaciones y demasiadas imprecisiones. Cuando esto sucede, es fundamental el trabajo de la pelota detenida, por eso resultó vital la aparición de Rena primero para peinar un tiro de esquina ejecutado por Aimar. Y así, Godoy se metió por el segundo palo y puso el frentazo para el 1-0, a los 46 minutos del segundo tiempo.
Con luces
El gol del ex Juventud de San Luis cambió el panorama porque Crucero, en el segundo tiempo, se vio obligado a salir de la cueva.
Más allá de esto, hubo que esperar hasta el inicio del complemento debido a un corte de luz en la zona del estadio (como había sucedido en la previa del partido).
En la reanudación del juego, quien siguió iluminado fue Godoy, apoyado por un Rena que, más allá de su condición de ídolo fortinero, no tiene empachos en cederle protagonismo a su entonado compañero.
Ambos debieron actuar de contragolpe, ante el adelantamiento de Crucero. Encima, el técnico Pedro Dechat sacó a un defensor para incluir un carrilero, Juan Cabrera, quien terminó bien controlado por Ezequiel Lázaro.
Alumni, merced a un buen trabajo de los defensores y una tarea impecable de Bolatti, se puso el overol y provocó el error en el traslado del medio misionero, que por lo general se guiaba por la manija de Carlos Marczuk.
Con esta premisa, la idea era marcar en alguna réplica. Y esto sucedió a los 20 minutos, cuando Rena recibió de espaldas y le bajó la pelota a Godoy, quien se hamacó entre tres hombres, amagó para la derecha, fue para la izquierda y sacó un tremendo remate, pegado al palo.
El 2-0 se disfrutó como nunca y pudo ser goleada cuando Godoy, aprovechando su gran noche, probó desde 40 metros con un tiro de emboquillada que hizo retroceder a Gaona y pasó apenas por encima del travesaño.
Crucero no tuvo ideas para descontar. Y Alumni, tranquilo con los cambios y con su solvencia, finalizó el partido emocionado. A fin de cuentas, era su tercer victoria al hilo en la “Placita”.
Escribe:
Juan Manuel Gorno
Se afianza una mística en Plaza Ocampo. Esa sensación ganadora que emanó de Alumni en los últimos partidos comienza a poner de rodillas a cualquiera que venga. Y aunque quizás la alegría llegó tarde y cuando las necesidades están a la orden del día, es bienvenida para su gente que, en los primeros minutos del jueves, se quedó cantando que “Alumni no se va” porque acababa de ver en la cancha un equipo confiable, de lo mejor que se ha visto en los últimos tiempos.
Si no, que lo diga Crucero del Norte, que anoche llegó puntero a la “Placita” y hoy vuelve a Misiones con un 0-2 incuestionable.
Había padecido esa fortaleza anímica del conjunto del “Zurdo” López, una fortaleza que se percibe desde la disputa de la pelota hasta la finalización de las jugadas de Marcos Sebastián Godoy, la figurita de las últimas fechas.
Dos goles diferentes (uno trabajado y otro improvisado) confirman el momento superlativo de este delantero llamado a ser la estrella del equipo, aunque apenas lleva cuatro partidos con la camiseta de Alumni.
Lo disfrutó todo el público, que también reconoció con aplausos el esfuerzo del resto, luego de un partido exigente desde lo físico.
Además, nunca fue fácil para el local sacar diferencias cuando el rival viene a poner dos líneas de cuatro en el estadio municipal.
Crucero lo entendió así y no se le cayeron las medallas para cuidar primero su arco, tratando de cubrir los espacios con un dispositivo defensivo.
Parado como para no sufrir, el equipo misionero esperó al villamariense y buscó cortarle los caminos en la mitad de cancha, por lo que Víctor Rena y Godoy debieron lidiar en ataque como llaneros solitarios ante los lungos marcadores visitantes, que trabajaron sistemáticamente con anticipos o cortes poco limpios.
Así, los arqueros fueron espectadores de lujo durante más de 20 minutos de juego, ya que Crucero tampoco se las rebuscó para pasar al ataque con criterio.
A los 22’ recién apareció Julio César Gaona, el uno de Crucero, para volar espectacularmente y desviar un disparo de larga distancia de Matías Bolatti. Y en esa jugada empezó Godoy a mostrar sus dotes de goleador, cuando la embocó en el rebote, pero el asistente consideró que estaba en posición adelantada y el árbitro Carlos Boxler anuló la acción.
Crucero respondió con un centro alejado que Maximiliano Batista terminó con cabezazo desviado.
No obstante, el partido pintaba con pocas situaciones y demasiadas imprecisiones. Cuando esto sucede, es fundamental el trabajo de la pelota detenida, por eso resultó vital la aparición de Rena primero para peinar un tiro de esquina ejecutado por Aimar. Y así, Godoy se metió por el segundo palo y puso el frentazo para el 1-0, a los 46 minutos del segundo tiempo.
s Con luces
El gol del ex Juventud de San Luis cambió el panorama porque Crucero, en el segundo tiempo, se vio obligado a salir de la cueva.
Más allá de esto, hubo que esperar hasta el inicio del complemento debido a un corte de luz en la zona del estadio (como había sucedido en la previa del partido).
En la reanudación del juego, quien siguió iluminado fue Godoy, apoyado por un Rena que, más allá de su condición de ídolo fortinero, no tiene empachos en cederle protagonismo a su entonado compañero.
Ambos debieron actuar de contragolpe, ante el adelantamiento de Crucero. Encima, el técnico Pedro Dechat sacó a un defensor para incluir un carrilero, Juan Cabrera, quien terminó bien controlado por Ezequiel Lázaro.
Alumni, merced a un buen trabajo de los defensores y una tarea impecable de Bolatti, se puso el overol y provocó el error en el traslado del medio misionero, que por lo general se guiaba por la manija de Carlos Marczuk.
Con esta premisa, la idea era marcar en alguna réplica. Y esto sucedió a los 20 minutos, cuando Rena recibió de espaldas y le bajó la pelota a Godoy, quien se hamacó entre tres hombres, amagó para la derecha, fue para la izquierda y sacó un tremendo remate, pegado al palo.
El 2-0 se disfrutó como nunca y pudo ser goleada cuando Godoy, aprovechando su gran noche, probó desde 40 metros con un tiro de emboquillada que hizo retroceder a Gaona y pasó apenas por encima del travesaño.
Crucero no tuvo ideas para descontar. Y Alumni, tranquilo con los cambios y con su solvencia, finalizó el partido emocionado. A fin de cuentas, era su tercer victoria al hilo en la “Placita”.
La figura
Marcos Godoy había marcado dos goles en Tucumán y anoche repitió en Plaza Ocampo. Marcó un tanto clave, sobre el final del primer tiempo; anotó otro de antología en el complemento y casi marca el tercero, con un lujo. Para aplaudir de pie.
El árbitro
Carlos Boxler tuvo algunos problemas con sus asistentes, que lo guiaron mal. Anuló un gol por un offside inexistente y luego no vio las acciones violentas que se dieron cerca de los laterales. No obstante, terminó el partido sin inconvenientes.
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