El Gobierno de Guillermo Cavagnero analiza detalles de un nuevo proyecto de ordenanza que presentará en el Concejo Deliberante y que regulará a los boliches. Mientras, las confiterías bailables de la ciudad funcionan con una habilitación provisoria que se extenderá hasta marzo inclusive.
El titular de la cartera de Gobierno, Natalio Graglia, trabaja a la par de la secretaria letrada del municipio, la abogada María José Pedernera, en la realización de modificaciones en la ordenanza que regula los locales de espectáculos públicos.
Villa Nueva tiene una fuerte movida nocturna. Cada sábado, tres confiterías bailables logran concentrar a una masa de cuatro mil jóvenes, según cifras oficiales. Cavagnero había fundamentado, en una reunión en la sede del club Golf realizada en enero, su malestar hacia estos locales de diversión.
Desde el Ejecutivo se apuraron ayer en advertir, ante la consulta de este diario, que “no son grandes los cambios” que se barajan. “En la mayoría no tenemos problemas, pero hay aspectos que analizar”, dijo Natalio Graglia.
“Debemos redondear la capacidad de cada uno de los boliches. Algunos han ampliado las instalaciones”, declaró.
El DEM analiza por estas horas ítems relacionados a los policías adicionales, la cantidad de personas que pueden ingresar, las edades de los clientes, la solicitud de ingresar con DNI, entre otros. El DNI se analiza para los casos de Ciro y Aruba, no así de Quinoto, que tiene un público de más edad. En tanto, le exigirían a Quinoto un regador, ante la queja vecinal por la tierra que levanta la masiva concurrencia de vehículos. También se prevé evacuar el público por ruta 2 y no por el barrio -en el caso de esta última confitería- atento al reclamo de los vecinos. Por eso se necesitarán más policías.
Natalio Graglia dijo, ante la consulta de este medio, que en la actualidad no hay problemas relacionados con la disco Ciro, mientras que hay complicaciones vinculadas a las salidas de los jóvenes del boliche Aruba. “El más problemático es Quinoto, pero eso está emparentado con la alta concurrencia, que es prácticamente el doble que la de los demás”, argumentó el funcionario.
Cada sábado, alrededor de 2.500 personas llegan a Quinoto, según estimaciones oficiales. El tope de capacidad es de 2.100, pero una porción hace cola a la espera de la renovación de clientes (a medida que unos salen, otros ingresan).
Aruba se maneja actualmente con un público que ronda las 800 almas, mientras que Ciro acapara unas decenas más.