Nacido en barrio Parque, en la ribera misma del Ctalamochita, Pedro Carranza comenzó hace ya varios años a desarrollar una idea para que la isla más próxima a las compuertas dejara de ser un yuyal lleno de basura y transformarla en un sitio digno de ser visitado, hasta con eventos programados para la familia.
Así, el 9 de octubre del año 2000 hizo una primera presentación ante la entonces Dirección de Agua y Saneamiento de la Provincia de Córdoba (DIPAS).
Carranza exhibió a EL DIARIO el abultado expediente, al que fue incorporando poco a poco toda la documentación que le era requerida desde ese organismo. Pero al mismo tiempo, comenzó un camino para asentar su idea de desarrollo de actividades en ese lugar en el Instituto Nacional de Marcas y Patentes Industriales, lo que pudo completar con la ayuda de profesionales. Lo que aparece patentado es un cúmulo de ideas “amigables con el medio ambiente, como caminatas, eventos culturales para niños y familias, siempre ‘desenchufados’, etcétera, etcétera...”.
Este año, más precisamente el 18 de enero, el vecino decidió plantear el tema en la Municipalidad, “con lujo de detalles”. Y lo hizo “como corresponde, por Mesa de Entrada, pagando el sellado correspondiente”, dirigiéndose al intendente Eduardo Accastello y al encargado de Turismo, Carlos Azzaretti.

Sorpresa y media

“Y sin que nadie me avisara nada, me encuentro con las declaraciones del titular de Desarrollo Urbano, Rodolfo Bergamasco, diciendo que comenzaba el desmalezamiento de la isla, para su puesta en valor. Yo prefiero creer que se trata de una feliz coincidencia y espero que me llamen para ver cómo lo hacemos; como recreamos el puente colgante de nuestra infancia sin afectar la vista natural y todas las cosas que están planificadas en el proyecto que les acerqué”, expresó Carranza.