Villa María enamora
El encanto de esta ciudad abraza y emociona. Se mete en el corazón sin pedir permiso y abriéndose paso en el alma de quien llega por primera vez a ella, la ciudad, discreta y orgullosa, muestra quién es. Lo hace a través de sus espacios, su historia y su gente. Merece ser vivida, merece ser cuidada. Dice con todo derecho “esta soy yo” con personalidad indiscutida, alegre y vital coquetea con su gente y con los turistas invitándonos a todos por igual a lo más lindo que podemos hacer en este mundo: amar.
Abierta al mundo en sus espacios intensamente verdes y floridos, sus paseos, bulevares, plazas y costanera te desbordan el alma, como el amor, ni más ni menos.
La costanera es una invitación al placer por el simple hecho de estar ahí. Una se siente invitada de honor al ritual de la costanera, invitados de honor para ser testigos de su misión en el mundo: su incondicional fidelidad al río Tercero que es su eterno enamorado, siempre estarán juntos, es una certeza completa.
Arboles añosos besan las aguas del río, acarician su paso y te dejan el alma serena con sólo contemplar este paisaje mezcla de urbano y rural. Por las noches las estrellas miran azoradas cómo disfruta la gente un espacio público recuperado y puesto en valor. Esplendor en la costanera con su puente sutilmente iluminado, qué delicia caminar por ahí, por el sendero prolijo de madera a la vera del río. Mientras la vida se expresa, hay brindis, juegos, canciones, caminatas, romances que empiezan o terminan, niños y jóvenes, adultos de gesto alegre que los muestran radiantes, canciones, palabras o simplemente silencios llenos de paz, la gente está en la costanera, sencillamente eso.
La ciudad tiene carácter, tiene historia, tiene calma y a la vez acción. Plazas impecables llenas de flores, espacios que invitan a la lectura o a dejar que los pensamientos se vayan caminando hasta donde quieran.
Personalidad y fuerza en esta ciudad donde la cultura nace, crece y se multiplica. Es que llegó la Universidad para todos, un pueblo con cultura a su alcance es feliz, aquí y en cualquier lugar del mundo es y será siempre así.
Hay un lugar para soñar despiertos: la Biblioteca y Medioteca Municipal Mariano Moreno, ahí todo es posible porque eso pasa cuando el saber no es un privilegio para algunos.
Por una creativa y atinada decisión municipal funciona en un recuperado galpón del Ferrocarril Central Argentino de fines del Siglo XIX. Su estructura actual brinda comodidad y servicios en todas sus áreas. Allí conviven en exquisita armonía la historia y la modernidad en todas sus expresiones.
Salas de estudio, de reuniones, de lectura, de cine, espacio para espectáculos, jardines y un coqueto bar componen “la Medioteca” como todos la llaman. Unos metros más allá y en el mismo predio: la Tecnoteca, ahí también el patrimonio ferroviario se exaltó en detalles únicos como la conservación de un grifo enorme de bronce, lo mismo para las puertas enormes, pesadas y altas de madera noble conservadas en perfecto estado. Cada metro está aprovechado. Así todas las áreas se optimizaron.
Las iglesias, las casonas de los años 20 o 30 conservadas en perfecto estado, algunas convertidas en distinguidos cafés, se suman a todo cuanto en Villa María “sorprende” tal como reza uno de los mensajes de la gestión municipal. La gastronomía una maravilla y los precios el toque final de turismo inteligente, un turista satisfecho es feliz, vuelve, recomienda y su palabra es irrevocable para atraer al próximo.
Por las calles hay carteles con una bellísima declaración “Villa María te amo”. Bravo por la decisión de multiplicar por toda la ciudad este mensaje contundente que a todos nos gusta escuchar, sentir, leer. Un corazón enorme de colores se sale del cartel como cuando uno ama y siente que el corazón sale del pecho y busca otro para entregarse con alegría y pasión.
Bulevares llenos de flores, limpios y prolijos, dan la bienvenida a quienes visitamos Villa María por primera vez, a los oriundos de esta tierra este aspecto bonito de la ciudad opera como un estímulo constante a su cuidado y disfrute.
Villa María enamora por todo esto que les cuento aquí y sentí en el alma. El hechizo de amor lo completa su gente de trato afectuoso y de simpatía inmediata.
Los hombres y mujeres de esta ciudad de verdad la aman, las obras para su crecimiento están a la vista, la gestión municipal también y la combinación de ambas cosas inexorablemente termina en un final feliz: una ciudad hermosa que progresa, que brilla, que canta, que da oportunidades …que enamora para siempre.
Bibiana Orcajada Broisson
Periodista-Locutora Nacional
Mal momento
El domingo a las 23 llegué con mi nieto Santiago Fernando Herrera a un sanatorio de la calle San Juan de Villa María, procedente de Dalmacio Vélez.
El niño tiene ocho años y su estado de salud en ese momento era complicado. Allí me dijeron que no tenían guardia pediátrica y me sugirieron que lo llevara al Hospital Pasteur.
Pasé un mal momento porque mi nieto nació en ese sanatorio, donde siempre fue atendido. Fui con obra social en orden y no hubo caso, no me dieron ninguna solución.
Entonces no tuve otro remedio que llevarlo urgente al Hospital Pasteur, donde lo atendieron maravillosamente.
Al cuerpo médico y a las enfermeras del Hospital les estaré permanentemente agradecido. Son unos verdaderos profesionales.
Mi nieto está estable, debemos esperar los resultados de los estudios y ya está en Dalmacio Vélez.
Al sanatorio le ruego que no le haga pasar a otra gente el mal momento que he pasado yo. Y al Hospital le dejo mi humilde gratitud.
Germán Lescano
DNI 10951070
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