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“Ahí vivo yo con mi familia y me quieren dejar en la calle. Les juro que esa casa es mía; yo la pagué, pero la empresa me estafó”, aseguró Delia de Rosa antes de ser retirada por la Policía |
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Dos casas del complejo habitacional Solares de la Villa - Portal del Bosque fueron rematadas ayer en los Tribunales de Villa María, en el marco de la causa por la que se decretó la quiebra de la empresa que construyó el barrio.
Se trata de dos inmuebles ubicados en la calle Profesor Eduardo Requena al 800, que en el expediente figuran a nombre de la quebrada firma “Jorge Eduardo Suárez Empresa Constructora SRL”, aunque dos familias de la ciudad aseguran haberlas adquirido legítimamente en la década del ‘90.
La subasta fue ordenada por el juez de Primera Instancia y Tercera Nominación en lo Civil, Comercial y de Familia, Augusto Gabriel Cammisa, quien en marzo de 2007 decretó la quiebra de la constructora.
La resolución judicial se concretó a partir de las 11 en la Sala de Remates del Palacio de Justicia local, ubicada en la planta baja del edificio de General Paz 337, y estuvo a cargo del martillero Renaldo Corazza.
Luego de una serie de idas y vueltas en el comienzo de la subasta, las viviendas fueron adquiridas por Sebastián Formento, un vecino de Bell Ville que pagó las módicas sumas de 10 mil y 15 mil pesos.
Uno de los inmuebles está ubicado en Requena 868 (lote Nº 8 de la manzana 391, de 12 metros de frente por 24 de fondo, con una superficie total de 288 metros cuadrados), y está ocupado por Héctor Rosa y su familia (siete personas en total), quienes aseguran ser los legítimos propietarios.
El otro está situado al frente, en Requena 855 (lote 16 de la manzana 392, de 12 metros de frente por 30,70 de fondo, con una superficie 368,40 metros cuadrados) y está habitado por el operador de Radio Centro, Raúl “Tito” Valls y su familia, aunque quien afirma ser la dueña es Graciela Beatriz Boaglio, mujer del propietario de la emisora, Edgardo Munch.
La explicación
En diálogo con EL DIARIO, el abogado Eduardo Luis Rodríguez precisó que “cuando se dictó la quiebra de la constructora, Boaglio no pudo certificar que había abonado la casa, porque entre la mutual AMEB (que había lanzado el plan habitacional) y la empresa de Suárez se quedaron con sus papeles”. Y con respecto a Rosa, el letrado dijo que “no pudo demostrar el pago de la casa porque un día le robaron el auto y adentro tenía un maletín con todas las constancia de pago”.
Al no poder demostrar que habían pagado las viviendas, y por encontrarse ambas a nombre de la firma quebrada, el magistrado interviniente ordenó el remate.
El miércoles, Rodríguez presentó un escrito en el Juzgado de Cammisa pidiendo la suspensión de la subasta, por considerar que no se había investigado lo suficiente como para que se acreditaran los pagos efectuados oportunamente por Rosa y Boaglio, pero el juez rechazó el planteo y confirmó la subasta.
Así se llegó a la jornada de ayer. Sin embargo, ni bien el martillero Corazza abrió el acto y comenzó a presentar los informes, el abogado de los vecinos planteó una dura oposición porque le solicitó que le informara al público presente en la sala sobre las condiciones en que se encuentran los inmuebles.
Rodríguez explicó a los asistentes que los planos no están en Catastro, que las casas tienen humedad, que se construyeron en falsa escuadra, que poseen paredes de 15 centímetros en vez de 30 y que los techos tienen deficiencias y presentan goteras, entre las principales anomalías edilicias.
s Llorando, dijo...
Pese a la irregular situación en que se encuentran las viviendas, el remate continuó su curso, aunque antes que Corazza comenzara la subasta una mujer se puso de pie en medio de la sala y, con lágrimas en los ojos, dijo ser una víctima de las maniobras defraudatorias de la empresa constructora.
De espaldas al martillero y dirigiéndose al público, Delia Aguirre, esposa de Rosa, expresó a viva voz: “Ahí vivo yo con mi familia (el matrimonio, dos hijas, dos nietos y la madre de ella) y me quieren dejar en la calle. Les juro por mi vida que esa casa es mía; yo la pagué, pero la empresa constructora me estafó.”
Por orden de Corazza, la atribulada mujer fue retirada de la sala por personal policial, tras lo cual continuó el remate.
Sin base y con posturas de a mil pesos, se subastaron las dos casas: primero la de Rosa, en 15 mil pesos, y luego la de Boaglio en 10 mil.
Quienes aseguran ser los legítimos propietarios participaron del remate. Rosa lo hizo personalmente, mientras que en representación de Boaglio el oferente fue su esposo.
Sin embargo, ante la imposibilidad de contar con el dinero suficiente, el primero sólo llegó a 14 mil y Munch a nueve mil, con lo cual el bellvillense Formento las terminó adquiriendo elevando las posturas tan sólo mil pesos en ambos casos.
Concluido el acto, el abogado Rodríguez indicó a este matutino que entre 1991 (cuando la AMEB lanzó el “Plan Sésamo”) y 1998, Rosa pagó cuotas por un total de 25 mil pesos por su vivienda, y Boaglio desembolsó 39 mil por la suya.
Además del martillero Corazza, intervinieron en el remate su colega Mario Calderón, con quien comparte el trabajo en la quiebra de la empresa constructora, y la prosecretaria letrada del Juzgado de Camissa, María Luján Medina.
Foto 2: La familia Rosa en pleno fue a Tribunales para pelear por su vivienda, pero los 14 mil pesos ofrecidos no alcanzaron
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