Los bajitos se apropiaron de la costanera en la tarde de domingo llenando de frescura y alegría las márgenes del Ctalamochita.
Más de cuatro mil pequeños disfrutaron de las diversas actividades del postergado “Carnaval de los niños”, organizado por el municipio local.
A partir de las 17, las carpas didácticas comenzaron a llenarse de bajitos y no tan bajitos, deseosos de vivir la magia del Carnaval con disfraces y rostros pintados.
A la hora señalada, numerosas familias llegaron a la costa con reposeras y equipos de mate dispuestos a pasar un buen rato.
La demora en el comienzo del espectáculo generó quejas de quienes ya no podían contener la impaciencia de los chicos ansiosos por participar de la fiesta.
Una hora después de lo previsto, finalmente el talento del trío local Piedra, papel, tijera dio rienda suelta a la felicidad infantil.
Miriam Perren, Sandra Gazzano y Bety Melano dispararon las ráfagas de un “viento naranja” que encendió el fervor de la platea.
Entre trajes de piratas, arlequines y payasos los bajitos cantaron y bailaron al ritmo contagioso que bajaba desde el escenario montado frente al Polideportivo.
Los trescientos niños que asisten a los centros de apoyo tuvieron su desfile y hasta lograron premios por los disfraces confeccionados en el acto.
Los sorteos de kits escolares y una bicicleta también fueron parte del acontecimiento que estaba previsto, originalmente, para el domingo 19 de febrero y sufrió una prórroga a causa del mal tiempo.
Ayer, el tiempo fue bueno. No pudo estar Piñón Fijo (el número anunciado en el programa original) pero sí estuvo Poca Sopa, el cordobés Horacio Ordóñez que brindó un show con juegos, baile, trucos de magia y acrobacia.
También, por cuestiones de agenda, faltó en el show la batucada de Los Dragones.
El sol se escondió en el horizonte y la fiesta siguió. Papel picado, cotillón, espuma loca y las sonrisas de los chicos pintando el aire ribereño.
Ayer, la costa lució sus trajes más coloridos para atrapar el encanto de los bajitos que vivieron su propio Carnaval.