@ Una alternativa a la EPEC

Si bien no es responsabilidad directa de este municipio, es conveniente recurrir al señor intendente para intentar una solución ante los reiterados inconvenientes padecidos en el servicio eléctrico de nuestra ciudad, servicio provisto por la EPEC, ya que debido a la actual situación económica de la Empresa Provincial, difícilmente alcancemos una solución en el corto o mediano plazo a esta problemática.
Desde hace un tiempo el municipio esta abocado a la posibilidad de generación, esta excelente posibilidad lamentablemente no será la solución definitiva dado que la mayor problemática está en la distribución de la energía.
Entiendo que la más conveniente posibilidad sería lograr un cambio de prestador a favor de una cooperativa eléctrica de servicios públicos que, ademas, brindaría ilimitados beneficios a sus asociados, los usuarios del servicio.
Esta comunidad cuenta con una importante experiencia en pequeñas cooperativas de servicios públicos y con el aporte de numerosos y expertos actores de vasta experiencia y participación en empresas de economía solidaria.
El Gobierno municipal podría lograr las autorizaciones necesarias de la Nación, favorecido por la muy buena relación con el Gobierno nacional.
Señor intendente, conformar para esta comunidad una gran cooperativa de servicios públicos, considero, sería uno de los mayores logros a favor de nuestros vecinos.

Carlos Alberto Trucco
DNI 13840161
Ex gerente de Cooperativas Eléctricas

@ Eran las campanas de la Catedral...

Con esta frase los vecinos de la Iglesia Catedral recordamos parte de la hermosa poesía que escribiera Arturo Capdevila, al referirse a las campanas de Córdoba, ciudad que nos habla de arte y tradición religiosa.
Cabe anotar que este poeta era hijo de Lucio Capdevila, fundador de “El Sol”, primer periódico de Villa María.
Esta reflexión la hacemos vecinos de muchos años a quienes nos sorprendió el artículo publicado en forma anónima en el que expresa su disconformidad por el “ruido” de las campanas. Esta nota nos traslada a otra noticia que dice así: “La Catedral de Notre Dame cumple 859 y para celebrarlo sus campanas serán renovadas y afinadas... y será la felicidad de todo París” (La Nación, 19 de febrero).
Desde siempre el sonido de las campanas ha tenido en ciudad y pueblos diversas significaciones: la escuela, que recordamos con cariño; los grandes relojes para marcar las horas y las que llaman al trabajo o anuncian la salida del tren, para citar algunos ejemplos.
En cuanto a la Iglesia, sus campanas llaman a oración, a participar de oficios religiosos y patrios y llaman también a acompañar a nuestros hermanos en los momentos de duelo.
En este mundo de ruidos, que atentan contra la salud, recordemos al poeta citado que al evocar las calles y los ríos de Córdoba, también cita las campanas: “No sé qué dice con su toque blando esa campana, acaso me aconseja o bien un salmo de piedad me deja, con que seguir por el camino andando”. Y en su otra poesía “Córdoba de las campanas” les llama claras notas finas, con veces de amor, notas de bronce y cristal o gloria diciendo con claro metal. ¡Eran las campanas de la Catedral!

Feligreses vecinos de la Iglesia Catedral