Dosis de simpatía, comicidad y ternura se ofrecieron el sábado por la noche en la primera función de “Carrusel teatral”, en el auditorio de la Medioteca Mariano Moreno.
El debut del jovencísimo Rodrigo Aguiar como actor, autor y director, acontecía una sorpresa para la escena teatrera local, tanto como la intervención de su hermano Pablo, en la última escena del montaje.
“Mi sueño se hizo realidad... y también la posibilidad de integrar a un chico con capacidades diferentes”, mencionó Rodrigo en alusión a su hermano, con quien compartió uno de los pasajes más hilarantes de la obra.
Rodrigo armó una secuencia de sketches, en su mayoría cómicos ligados a la reflexión de la vida cotidiana (como el paso de la infancia, la adolescencia y la vejez), donde demostró su potencial en la materia, sin notarse demasiado las inhibiciones propias de un debut. Hasta supo improvisar con creces cuando hizo subir a una espectadora para completar un cuadro, donde debía hacer de su esposa.
Al cierre, Pablo se llevó todos los aplausos junto a su hermano. “Fue difícil ensayar con él, pero lo logramos”, señaló emocionado Rodrigo, ante la vista de sus afectos, padres y su adorado abuelo.